domingo, 20 de diciembre de 2015

El agravante de ser mujer

Toda feminista que se precie, o incluso si eres mujer aún sin considerarte feminista, ha visto alguna vez (o ha reproducido) comentarios del tipo: "hay mujeres mucho más machistas que los hombres", "los hombres que no se depilan no me parecen atractivos, pero una mujer sin depilar es peor", "si hay machismo es culpa de las mujeres, que son las que educan a los hombres en valores machistas", "las mujeres son peores porque compiten entre ellas y se lanzan cuchillos entre ellas; en cambio los hombres tienen amistades de verdad." Podría seguir, pero creo que el concepto ha quedado claro.

Mi duda es: ¿Cómo se es más machista que violar a una mujer? ¿Cómo se es más machista que apuñalar, golpear, descuartizar, quemar, atropellar o acribillar a balazos a una mujer? ¿Cómo se es más machista que asesinarla? ¿Cómo se es más machista que acosar a una mujer por la calle, tocarle el culo, arrinconarla, hacerle sentir miedo? ¿Cómo se es más machista que amenazar a tu novia con matarla si le deja? 

Una mujer, por muy machista que sea, no va por ahí violando a otras mujeres ni acosarlas por la calle. Tal vez llamará "puta" a quienes se hagan fotos en ropa interior o les dirá que no esperen respeto si no se respetan, pero no las irá agrediendo sexualmente porque "vayan provocando".

Vivimos en una sociedad machista, y eso lo demuestra la criminalización extra que sufrimos las mujeres cuando hacemos algo. Las mujeres somos malas, debemos mantener un decoro y si no lo hacemos somos lo peor. Si follas: mal por puta; si no follas: mal por no satisfacer al macho que te quiere follar. Si bebes: mal porque eso "no es de señoritas"; si no bebes: mal porque eres una aburrida que no se deja emborrachar por el macho de turno que te quiere follar sin que opongas resistencia. Si enseñas 1 cm de piel: mal porque vas provocando; si llevas un burka: mal porque el machote no puede verte las tetas. Si te depilas: mal porque seguro que vas buscando guerra; si no te depilas: mal porque "no es higiénico" (no es higiénico = no es agradable para el machuno de turno). 

Consejo: como hagas lo que hagas vas a ser peor que Satanás, haz lo que tu coño te dicte.

*Lenore Lenoir*

lunes, 30 de noviembre de 2015

Actos ¿feministas?

Cada vez que entablo un debate sobre feminismo, me he dado cuenta de que los argumentos en contra del mismo se repiten hasta la saciedad, llegando a resultar tedioso decir las cosas una y otra vez con la mayor claridad posible para que al final se sigan tergiversando mis palabras.
Este espacio irá dedicado exclusivamente a supuestos actos o situaciones que, según los detractores del feminismo, favorecen a las mujeres y son vistas con ojos cómplices por las feministas. Mi intención es desmontar esa creencia de que son conductas que nos benefician y demostrar que, lejos de favorecernos, nos perjudican. Quiero aclarar también que yo no estoy a favor de las cosas que voy a contar a continuación, y tampoco lo estaría ninguna feminista medianamente formada en el tema. Sin más dilación voy a proceder a enumerar los argumentos que siempre han salido a la luz.

1. La entrada gratis a las discotecas si eres chica. En primer lugar aclarar que esto no es 100% cierto, pues depende en gran medida de la discoteca y la hora que vayas. Hace mucho tiempo que no piso una (vaya, y yo desaprovechando este megaprivilegio de quedarme sorda con una música de mierda y ser molestada por hombres que no me interesan en absoluto, sin pagar. Guau), pero cuando iba he encontrado de todo: desde discotecas donde las mujeres no pagaban durante toda la noche, lugares donde no pagabas hasta una hora determinada, hasta locales donde sí tenías que pagar como todo hijo de vecino.
Ahora bien, si te preguntas por qué las mujeres entran gratis en muchas discotecas (que no en todas, como ya he aclarado), llegarás a una conclusión nada halagüeña y mucho menos feminista: la cosificación de la mujer, reducirla a mero ganado para el deleite de los hombres que acudan allí. Estos locales utilizan a las mujeres como reclamo para los hombres que van con el fin de encontrar a alguna con la que tener sexo, y para ello las atraen primero con entrada gratuita e incluso bebida por cuenta de la casa (en una de las ocasiones que pisé uno de estos recintos nos regalaron una botella de alcohol a mis amigas y a mí, pero a mi pareja de aquel entonces y otro chico que estaba con nosotras no le dieron vaso y el propio camarero nos dijo que a ellos no les diéramos bebida).
Este tipo de publicidad no es nada nuevo, pues ya nos bombardean constantemente con portadas de anuncios mostrando a mujeres semidesnudas o convertidas en objetos (claro, es que sólo compra el hombre heterosexual, que es el que tiene "la pela"); pero sí, a las feministas nos parece estupendo que se nos trate como un trozo de carne clavado en un anzuelo a la espera de que pique algún macho.

2. La custodia completa de l@s hij@s para la madre en caso de divorcio y pago de pensión del padre. Otra cosa muy, muy feminista es el de recaer todo el peso de la educación y crianza de l@s hij@s en una misma persona (en este caso, en la mujer) y obligarla a depender económicamente de otra. Estar 24/7 pendiente de personas que están a tu cargo dificulta mucho encontrar trabajo y, en caso de encontrarlo, que te admitan teniendo hij@s es casi un milagro teniendo en cuenta las declaraciones de algun@s empresari@s que tratan de evitar las contrataciones a mujeres en edad de tener hij@s.
Sí estoy a favor de la custodia completa si resultara perjudicial compartirla con el padre (en caso de maltrato, abusos, abandono, etc), pero por lo demás abogo por la educación y convivencia compartida, pues es responsabilidad de padre y madre, no sólo de ésta exclusivamente.
Si mal no recuerdo, en España se suele dar preferencia a la madre en la patria potestad, pero se puede regir un calendario de visitas o llegar a un acuerdo entre los progenitores. Esto suele ser lo más frecuente salvo, como expliqué más arriba, supuestos que pudieran ser perjudiciales para los menores.
En cuanto a lo de la pensión, no existe una cuantía fija e inamovible, se adapta a la capacidad económica del padre (dando siempre por hecho que él posee más nivel adquisitivo que la mujer) y si no puede pagar nada, pues no desembolsa nada.

3. "Cuando un hombre pega a una mujer se considera maltrato y te envían a la cárcel sin pruebas, pero si una mujer pega a un hombre, no pasa nada." Aquí hay que ir por partes.
Primero: por el hecho de pegar a una mujer NO se considera violencia de género. Para ello debes ser o haber sido la pareja de esa mujer y agredirla por el mero hecho de ser mujer, a modo de sometimiento.
Segundo: Si no hay pruebas de violencia, no hay condena. Eso ocurre en cualquier delito, sin excepción. Ah, y si es tu primer crimen y la condena no supera los dos años de prisión, quedas en libertad.
Tercero: Si una mujer pega a un hombre y éste presenta pruebas fiables (un parte médico, testigos...), ella será condenada, pero supongamos que quienes afirman esto estuvieran en lo cierto y añadimos a eso la burla que recibe el hombre que es golpeado por una mujer. Sí, esto último sí es verídico: aquellos que son maltratados por sus novias o simplemente les pega una fémina no son tomados en serio y reciben, entre otros, el apelativo de "maricona" o "calzonazos". ¿El motivo? A nosotras nos ven débiles, incapaces de causar daño físico a un hombre; en caso de hacerlo, el varón pierde su hombría por no haber logrado defenderse o haberse quejado de dolor por un puñetazo propinado por una mujer.
Ah, y aclarar que yo estoy totalmente en contra de cualquier tipo de violencia, sin importar quien la lleve a cabo (salvo que sea por defensa propia).

4. Más tiempo de baja por maternidad en el trabajo. Para alguien que esté descontent@ con su trabajo le puede parecer un chollo, pero lo cierto es que esa baja no son precisamente unas vacaciones. Es un permiso que te conceden como consecuencia del nacimiento o adopción de un/a hij@ para que puedas dedicarle más tiempo en sus primeros meses de vida, algo totalmente maravilloso para quien disfrute de esa maternidad pero... ¿y la paternidad? ¿Por qué la baja que solicita un padre es mucho menos duradero? ¿Acaso no es igual de capaz de cuidar de su retoño?
Como ocurre con la custodia a la mujer en caso de divorcio, aquí también se lee entre líneas que la educación y mantenimiento de la descendencia recae casi exclusivamente en ella y da a entender que la figura paterna prácticamente ni pincha ni corta más allá de la manutención económica.

5. "Cuando un hombre os paga las cosas, seguro que las feministas no os quejáis." Obviamente yo no soy nadie para decir a las demás personas en qué gastar su dinero, pero sí manifiesto mi disconformidad cuando pretenden pagarme siempre las cosas. Si salgo con mi pareja, ya sea a tapear, a tomar un helado, o lo que sea, decidimos lo que paga cada un@ (bien a medias o bien invitando al otro a algo).
La cuestión es que la idea de que sea el hombre quien invite está aún muy arraigada en nuestra sociedad, pues incluso los más jóvenes (que empiezan a tener sus primeras parejas) están convencidos de que ellos son quienes tienen que invitar a las chicas. Es decir, permanece la mentalidad de que el hombre es quien tiene el poder adquisitivo y la mujer es la mantenida por aquél. 

Finalmente, los dos últimos puntos no son exactamente argumentos para atacar el feminismo, pero dan igualmente un mensaje aparentemente benévolo para las mujeres y, si nos fijamos más allá de la punta del iceberg, muestran una realidad muy distinta.

6. "Hay que respetar a las mujeres porque tu novia nació de una mujer y ésta dará a luz a tu hija." Aquí se plantea la idea de que todas las mujeres del planeta deben ser respetadas. Hasta aquí más o menos bien, aunque no estoy del todo de acuerdo en mostrar respeto incondicionalmente a todo el mundo sin habérselo ganado previamente; aparte de esto, el quiz de la cuestión es en lo que viene a continuación: hay que respetar porque son o serán madres.
Mi pregunta es: si una mujer decide no tener hij@s o no puede tenerlos, ¿merece ser repudiada?
¿Acaso la capacidad de engendrar es lo único que convierte a una mujer en respetable?

7. "Las mujeres son un regalo que nos dio Dios y hay que tratarlas bien." Ojo, una mujer no merece ser tratada en condiciones porque sea también un ser humano, un ser vivo, sino porque somos un regalo para el hombre. Me pregunto si Dios le presentó a Adán su compañera Eva envuelta en un paquete o simplemente con un lacito atado al cuello.

Espero que haya quedado un poco más clara la verdadera intención tras estos gestos de aparente buena voluntad y que se haya desmitificado un poco el descrédito que se ha generado en torno al feminismo.


*Lenore Lenoir*


Yo no soy machista

"Todas putas." 






"La violencia no tiene género." 






(Traducción: "Diviértete. Pega a tu mujer esta noche.")



"Mueren pocas."



"Cuando una mujer dice NO, en verdad dice SÍ." "No pidas permiso, lánzate."



"Si no te respetas, no esperes que los demás lo hagan."






(Traducción: "Sé una señorita, no una puta.")


"Ya desde pequeñas las visten como putas."




 (Bikini con relleno para niñas. Vendido en Carrefour)


"Si te violan es tu culpa."






"PERO YO NO SOY MACHISTA, QUE CONSTE" 


("No soy machista, que si no las zorras se cabrean")



*Lenore Lenoir* 
 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El feminismo de antes era el bueno

“El feminismo de antes era el bueno, no como el de ahora que sólo busca una revancha contra los hombres.”  

Cualquier feminista habrá escuchado o leído esa frase en algún momento, tanto por parte de otras mujeres como por parte de hombres. Lo curioso es que nunca queda claro a qué se refieren con ese “verdadero feminismo”, en qué momento pasamos de ser unas respetables feministas que abanderamos la igualdad a ser unas peligrosas feminazis genocidas y cortapenes.

Visto así, parece que hay derechos tan básicos y sería ilógico pensar que estas feministas, que razonablemente solicitaban el voto, iban a querer una revancha. Eso sí era feminismo de verdad y lógico, no como ahora que quieren ser superiores a los hombres y vengarse.

Feminismo real era cuando Olympe de Gouges (1749-1793) clamaba un lenguaje inclusivo con su “Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, frente al “””masculino genérico””” que excluía a las mujeres en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. No como esa tontería del “elle” o decir “nosotras y nosotros” en cada discurso, si con el masculino ya se da por hecho que engloba a todo el mundo.

Feminismo auténtico era el de Mary Wollstonecraft (1759-1797) cuando dijo en su obra “La vindicación de los derechos de la mujer” (1792) que las mujeres también debían ser tratadas como seres racionales; no esa chorrada de “Feminismo es la noción radical de que las mujeres somos personas”.

Una feminista de verdad es, por ejemplo, Alexandra Kollontai (1872-1952), defensora del sufragio femenino y al mismo tiempo del divorcio, el amor libre y el derecho al aborto; no como las feminazis de ahora que proclaman follarse a to’ quisqui a diestro y siniestro y abortar cada dos por tres.

Un feminismo respetable era cuando se agrupaban las mujeres en espacios donde compartían sus problemas y los reivindicaban (ya se sabe, lo personal es político). Ahora se congregan en espacios no mixtos y a saber de qué hablarán para no dejar participar a los hombres; seguro que planean su exterminio mientras hacen rituales satánicos y danzan en aquelarres.

Es que las feminazis de ahora no se sabe de dónde han salido, porque no tienen nada que ver con las feministas buenas, las de antes, las que consiguieron por mí derechos que ahora disfruto y doy por hecho que siempre tendré. Lo de las feminazis de hoy día ya no tiene sentido, porque ya vivimos en igualdad, esos derechos (el voto, reconocimiento legal de la igualdad, poder acceder a la universidad y a cualquier trabajo) ya están conseguidos y no van a desaparecer. ¿Para qué querré yo poder decidir si depilarme o no, o que se reconozca el delito de feminicidio si mi novio no me ha pegado nunca, o que dejen de acosarme por la calle? Si ya vivimos en igualdad.


*Lenore Lenoir*

jueves, 11 de junio de 2015

Mundial de fútbol 2015 ("el otro" mundial)

Junio es el mes de las deportistas españolas. Por un lado, están debutando un mundial de fútbol que comenzó el pasado 6 de junio; y por otro lado, ha dado comienzo hoy el Eurobasket.

Hacía tiempo que dejaron de interesarme incluso las competiciones más importantes de la selección masculina de fútbol, ya que no soy especialmente aficionada a este deporte; sin embargo, nunca había visto jugar a la selección femenina y pensé que su primer partido y su estreno en un mundial sería la ocasión perfecta para verlas.

Reconozco que una de las principales razones por las que me animé a engancharme a un partido fue por empatía o sororidad, llamadlo como queráis. Empatía porque ellas no cuentan con los mismos recursos que sus compañeros masculinos, y a pesar de ello han conseguido clasificarse para un mundial; y es que lo que mucha gente no sabe es que ellas no son profesionales (legalmente sólo puede constituirse como profesional una de las selecciones o equipos), pero algunos de los equipos contra las que tendrán que competir sí están reconocidas como tales. 

Tampoco han tenido el respaldo de grandes patrocinadores que las hayan visibilizado a bombo y platillo en vallas publicitarias y demás medios de comunicación, por lo que la vida de la sociedad sigue con total normalidad. Nada de banderas patrias colgando de los balcones, ni orgullo español, ni los bares llenos el pasado martes cuando jugaron ellas, ni pitidos o cohetes cuando metieron gol (un señor golazo, cabe mencionar). Absolutamente nada. 

Para rematar, el estadio (de césped artificial, no vayas a pensar que se estiraron los bolsillos) estaba prácticamente vacío, tan vacío que sentí pena por ellas, por lo poco valoradas que están (¿qué dices, loca? ¡Si ya vivimos en igualdad!); lo peor es que probablemente estarán acostumbradas a eso, o tal vez eso sea la máxima audiencia que verán en sus vidas. 

Una pena, porque en este primer partido no defraudaron. Empezaron fuerte, con ganas de comerse el estadio, atacaron y pelearon como las luchadoras que son, y demostraron que merecían estar en este mundial. 

Yo no puedo obligar al vecindario a que cuelgue banderitas, pero sí puedo aportar mi granito de arena visibilizándolas en mi casa y/o en mis redes sociales, aunque no sea futbolera. Ahora, a esperar el próximo debut y confiar en que tendremos a la Selección Española jugando por mucho tiempo (y probablemente también me anime con el europeo de baloncesto).


*Lenore Lenoir*

domingo, 7 de junio de 2015

Pitos y flautas

Ya ha pasado una semana desde que se jugó la final de la Copa del Rey en el fútbol masculino y sonaron aquellos pitos que dieron tanto de qué hablar, y yo no iba a ser menos (aunque lo haga con un poco de retraso).
Qué decir, eso es algo que ya se preveía desde que se supo quiénes iban a jugar el partido y aún así hay quien pareció sorprenderse cuando ocurrió.

Durante toda la semana ha sido este suceso la comidilla y los debates acalorados de la población española, de los cuales yo prácticamente me he mantenido al margen salvo alguna charla con mi pareja al respecto, pero ahora considero que es buen momento para hablar de ello. Si bien más que una opinión lo que tengo son interrogantes para los que no encuentro respuestas: ¿Si ambos equipos tienen tendencias independentistas, por qué participan en la Copa del Rey si va contra sus ideales? ¿Por qué la afición descontenta con lo que representa este título paga una entrada (que no será barata, precisamente)? Digo yo que lo lógico es que se negaran a financiar con su dinero algo con lo que no están de acuerdo o propusieran un boicot para que nadie acudiera al partido, porque ¿qué se consigue pitando el himno?

Y también me pregunto: con lo contentos que se pusieron los jugadores del Barça cuando alzaron la copa, ¿los mismos que pitaron porque no les gusta la Copa del Rey les habrá resultado indiferente el triunfo de su equipo o habrán salido a las calles a celebrar el título que han criticado? Yo no digo que esté mal criticar algo, ya que existe la libertad de expresión (siempre que esa libertad no atropelle derechos y libertades de terceras personas), lo que está mal es la hipocresía y tener una conducta contradictoria antes y después del partido. Es decir, si al finalizar el partido celebras la victoria y olvidas las connotaciones políticas, tampoco te tomes la Copa del Rey como algo político, sino como un título más en el fútbol. O viceversa: si te lo tomas con tintes políticos, que sea también después del partido, no sólo durante el himno (y es tan fácil como no acudir al estadio).

Los sectores más indignados buscan culpables y que se tomen medidas al respecto, pero ¿de quién o quiénes es la culpa? ¿De los clubes? ¿De las personas que pitaron? ¿De las que repartieron los pitos en la puerta? ¿Vetar a ambos equipos de participar en el futuro la Copa del Rey sería una buena solución o empeoraría las cosas? Dejo estas cuestiones en el aire y que cada cual reflexione.


*Lenore Lenoir*


domingo, 24 de mayo de 2015

La secta de la ciencia

No malinterpretéis el titular de este post, es innegable lo importantísima que es la ciencia y los grandes avances que nos ha aportado. Gracias a ella gozamos de una calidad de vida y de comodidades impensables hace unos años. También nos ha permitido ampliar nuestro conocimiento y traspasar fronteras (descubrir recovecos cada vez más lejanos del espacio o pasear por las calles de una ciudad en la que no resides sin salir de casa, entre otras cosas); por eso la ciencia ha sido y es una piedra en el zapato de la religión, y es que si algo caracteriza a la ciencia en contraposición con las creencias religiosas es la aportación de pruebas empíricas y la realización de numerosas investigaciones que corroboran el resultado final.
La ciencia, además, no se anquilosa tras llegar a las conclusiones de un estudio; al contrario, el trabajo continúa y admite errores.

Por desgracia, estoy siendo testigo desde hace un tiempo del uso del nombre "ciencia" para crear toda clase de creencias, sin aportar datos empíricos ni estudios de ningún tipo. Me doy cuenta de que se está transformando en algo más cercano a un culto religioso, ya que ha rebasado la línea de lo imaginario y ha atravesado la barrera de la fe.

La ciencia es útil y necesaria cuando se sigue el procedimiento correcto, pero tenemos demasiado interiorizado que todo aquello redactado con un par de palabras complejas o bajo el rótulo "Un estudio de la universidad X ha demostrado..." es un texto científico y, por tanto, verídico. Esto es precisamente un acto de fe, porque creemos a pies juntillas que dicho artículo es cierto aunque en él no se especifique en qué ha consistido ni cómo se ha llevado a cabo el estudio. No hay fuentes fiables, ni acceso al informe que recoja las conclusiones de las investigaciones, sólo un pequeño artículo escrito por no se sabe quién y sin citar en muchas ocasiones a las personas que participaron en el trabajo. Y, sin embargo, bastante gente muerde el anzuelo porque "si es un estudio científico, tendrá que ser cierto" (¿os suena la frase "si lo dice la Biblia, es verdad"?)

Como ya dije, la ciencia ha descubierto y demostrado muchas cosas, pero eso no la exime de que, de vez en cuando, seamos escépticas/os con los bulos que circulan en su nombre y tengamos un pensamiento crítico.


*Lenore Lenoir*

lunes, 18 de mayo de 2015

El boicot de Mad Max

La semana pasada, mi pareja y yo hablábamos para trazar un plan en el que ocupar una de las tardes sin morir de calor en el intento. Para variar, se nos ocurrió por un instante ir al cine; el problema era que ver una película en una de esas salas te cuesta un riñón y no tenemos tanta afición por los filmes como para hacer ese sacrificio (y, para qué negarlo, no teníamos ni pajolera idea de qué había en la cartelera).

Si mi lado cinéfilo deja bastante que desear, no ver la televisión tampoco me ayuda a conocer la actualidad taquillera, pero eso no es impedimento para que me intenten colar lo que quieren que vea.
Navegando por webs y foros feministas me he llegado a topar al menos tres o cuatro veces con un enlace cuyo titular rezaba "Grupos machistas boicotean 'Mad Max: Furia en la carretera'". Una parte de mí se empezó a mosquear, no por los machitos de turno que les habrá molestado vete a saber qué, sino por lo que me estaba oliendo.

¿Os acordáis de esas películas súper satánicas y blasfemas que quería boicotear (supuestamente) la Iglesia? ¿O cuándo trataron de censurar "Saw VI" en España poco antes de su estreno?
Se suele decir "que hablen bien o mal de mí, pero que hablen", y ésa es la táctica que emplean muchas veces cuando te quieren vender algo, porque aunque echen pestes, no deja de ser publicidad del producto. El boicot es un truco muy manido pero funciona, basta con tener a un sector de la sociedad controvertido pero con cierta influencia y lo demás funcionará por sí solo: si la Iglesia se centra tanto en prohibir esto, yo, como persona que detesta dicha institución, pienso que merecerá la pena desobedecer aunque sea por joderle.

¿Por qué esto iba a ser algo distinto? El feminismo está en un momento de auge y el machismo cada vez tiene más detractores (o, al menos, la palabra ya tiene adquiridas connotaciones negativas para una buena parte de la sociedad), ¿acaso no es la ocasión perfecta para poner en el punto de mira a las feministas como potenciales consumidoras de esta película y de vendértela como algo original con personajes femeninos fuertes? A fin de cuentas, ésa suele ser la idea: ponértela como "la película del siglo", con un argumento transgresor y unos personajes potentes; aunque después la ves y te parece un mojón.

La verdad, no sé si "Mad Max" será tan feminista como te la pintan (para un machista le puede parecer de "feminazis" hasta una mujer quejándose cuando la insultan), pero una pataleta de cuatro tíos no me va a convencer para gastarme los cuartos en verla.

En serio, ojalá sea verdad que la protagonista sea una mujer con un buen par de ovarios y dejen de lado el sexismo, porque es cierto que hay poquísimas féminas con papeles destacados en el género de acción. Espero que esto no sea algo puntual, porque buena parte del sexismo y de los roles de género que interiorizamos proceden de la imagen de la mujer y del hombre que nos transmiten en lo que más consumimos: la literatura y el cine. Como muestra de lo que digo, es esto mismo: una mujer fuerte, un personaje femenino con carácter y mayor relevancia que un hombre (o eso tengo entendido por los comentarios que he leído) causa molestia; nos sigue sorprendiendo ver mujeres así en la ficción, porque no sólo son escasas, sino que la mayoría de las veces vemos a las actrices interpretando papeles de víctimas. Somos las indefensas, las débiles, las que necesitamos ser rescatadas. Somos asesinadas, maltratadas, secuestradas y humilladas. Somos las madres, hijas o las parejas de los protagonistas, sin más relevancia fuera de eso. Somos prostitutas, chicas buenas que se proponen cambiar al chico malo, o amantes; a veces trabajamos fuera de casa, pero siempre como la subordinada pringada pero aplicada de alguien (si eres la jefa, tu papel es el de mala y retorcida, especialmente con otras mujeres).

Si nos acostumbramos a esto, obviamente nos choca después comprobar que las mujeres sabemos hacer otras cosas aparte de las tareas del hogar, enamorarnos y dejarnos maltratar. 


*Lenore Lenoir*

martes, 28 de abril de 2015

No morimos, nos matan

Hace unos días, hablando con una amiga que está en Bulgaria, salió el tema de la Violencia de Género. Me comentó que allí no está regulada y, por tanto, no hacen distinción entre ésta y la violencia doméstica. Esto -entre otras cosas- me llevó a pensar que el machismo en ese país es brutal, más si cabe que el que tenemos que soportar las mujeres que vivimos en España, hasta el punto de que allí no tienen ni idea de lo que es el feminismo.

Pero volviendo al tema de la Violencia de Género, en España aún queda mucho por hacer para concienciar a la población sobre la gravedad de esta lacra (y ya ni hablemos de erradicarla). Ya han pasado 11 años desde que se instaurara la LIVG (Ley Integral contra la Violencia de Género), y son 11 años en los que han ido creciendo los mitos y las falacias en torno a esta ley (casualmente, promovidos por machistas que se dan por aludidos) y se han ido transmitiendo a la generalidad de la población, provocando una ignorancia total al respecto.

Como estudiante de Derecho, aprovecharé esta publicación y mis conocimientos para desmitificar algunos de los argumentos más extendidos. Si bien podría relucir también los casos que conozco, intentaré dejarlos a un lado y escribir con la mayor objetividad posible.

Es muy común entre la población pensar que, por culpa de esta ley, cualquier agresión ejercida de un hombre a una mujer será considerada Violencia de Género (a partir de ahora, VG para abreviar). Esto es totalmente falso, ya que la propia ley especifica que dicha agresión ha de llevarse a cabo por parte de un varón a su pareja o expareja mujer, ya sea con o sin convivencia (art. 1.1 Ley VG). Una agresión también constituye un delito, pero no el de VG.



A raíz de lo expuesto arriba, se cree también que el supuesto opuesto (es decir, cuando la violencia la ejerce una mujer a un hombre) no es punible y no tiene repercusión legal. Se atribuye a la Ley de VG un desamparo legal de los hombres, pero lo cierto es que esta norma ha sido un añadido en el Código Penal para visibilizar un tipo de violencia concreta que, por las circunstancias, requiere un trato específico. La redacción no ha eliminado otros delitos, por tanto una agresión sigue siendo denunciable, la ejerza quien la ejerza. Si la violencia la lleva a cabo una mujer a un hombre desconocido, puede alegar en la denuncia un delito de lesiones (si las hubiera); si es pareja, hablamos de violencia doméstica.

Otra falacia es presuponer que vas a acabar en la cárcel por el hecho de haber sido denunciado por un caso de VG, y no. Eso indicaría que la Justicia en España va a la velocidad de la luz, y nada más lejos de la realidad. Cuando se interpone una denuncia, se realizan investigaciones y las partes prestan declaración de los hechos. Ahora bien, una cosa es meter en prisión a una persona de una forma arbitraria (esto es ilegal) y otra es decretar la prisión preventiva en situaciones extremas y SIEMPRE justificadas (riesgo de fuga, de destrucción de pruebas o peligro justificado para la víctima). Cabe añadir que esto se da en todos los delitos, nadie recibe un trato especial por tratarse de VG.

Una queja muy recurrente es lo de las denuncias falsas. Sin embargo, en las Memorias de la Fiscalía General del Estado de 2014 (página 311) establece que éstas sólo representarían el 0,010% del total de denuncias, eso suponiendo que todas terminasen en condena. También recoge en la Memoria de 2012 (página 642) que la no condena o la prueba insuficiente no se considera denuncia falsa; pero vamos, eso es igual en el resto de delitos. De hecho son más comunes las denuncias falsas por robo para estafar al seguro, pero parece que nadie pone el grito en el cielo por eso.
Es más, la simulación de un delito está castigado con pena de entre 6 y 12 meses de prisión, y si vamos a las estadísticas, de las mujeres asesinadas por VG, la gran mayoría no denunciaron. Esto quiere decir que la mayoría de las que aún siguen vivas tienen demasiado miedo para denunciar o, si lo hacen, algunas retiran dichas denuncias.


En lo que llevamos de 2015, hay 9 víctimas mortales, de las cuales sólo una había presentado denuncia. En 2014, de 54 asesinadas, se presentaron 17 denuncias, 3 de las cuales no las pusieron las víctimas, sino otras personas, y 3 fueron retiradas.
Aquí estoy mencionando exclusivamente a los casos más extremos, donde el maltrato era ya tal que acabó en tragedia. Si la mayoría no denuncia en esta situación por miedo, el 99% de mujeres no va a recurrir a eso de forma gratuita por mero capricho o venganza, y mucho menos habiendo cárcel para ellas si lo hacen. Aquí vienen, de hecho, las denuncias que se han interpuesto desde 2007 hasta diciembre de 2014 (más de 120.000 por año, más aquellas mujeres que no se atreven a hacerlo), de las cuales sólo a 18.775 les concedieron órdenes de protección.

La Violencia de Género no es más que un agravante de la violencia doméstica por las circunstancias en las que se lleva a cabo el maltrato y no es algo exclusivo del Código Penal; de hecho en todo su texto puedas encontrar toda clase de agravantes por cometer delitos contra ciertas personas o por existir una relación específica entre la víctima y el agresor (entre un jefe y un empleado, por ejemplo). Tampoco se va a condenar igual a un menor que a un mayor de edad, aunque hayan cometido exactamente el mismo delito.
Al igual que hay agravantes, también existen atenuantes por la comisión de delitos en determinadas circunstancias (no tener antecedentes penales), y es algo comprensible, ya que no se juzga el delito de forma aislada, sino dentro de un contexto y causas.

Que exista la Ley de Violencia de Género no se desprotege al hombre ni se considera la violencia doméstica un delito de segunda, sino que visibiliza un problema real derivado de la discriminación a la mujer. Hay hombres maltratados, sí, pero no es un maltrato por discriminación de género ni empleado para "educarlos" o "recordarles cuál es su lugar" como ocurre con las mujeres víctimas. En este caso, hablamos de violencia ejercida por gente violenta, pero no es algo institucionalizado. ¿Ejemplos? 1. No hay "manuales" para pegar o corregir adecuadamente al marido; 2. una mujer que grita, humilla o lanza objetos contundentes a su marido en una película adopta el papel de histérica y exagerada; pero si aparece un hombre atizando con un cinturón a una mujer (véase "El Padrino"), es algo normal; 3. El maltrato a la mujer está tradicionalmente tan extendido y es algo tan común que antes de la Ley de VG era frecuente escuchar "mi marido me pega lo normal"; no es así con "mi mujer me pega lo normal".

Sé que muchos seguirán en sus trece a pesar de aportar datos oficiales, pero para otras y otros habré arrojado un poco de luz en todo este asunto, y con eso me basta.

*Lenore Lenoir*

domingo, 12 de abril de 2015

No todos los Lacasitos

Imagina que el mundo fuera una enorme bolsa llena de simpáticos Lacasitos: azules, amarillos, marrones, verdes... De todos los colores. Pero también hay alguno con una fecha de caducidad más corta que otro, y además hay un ser malvado que le ha parecido buena idea inyectar veneno en algunos de ellos (concretamente, el 10% de los Lacasitos que están en la bolsa). Hasta ahí bien.

Ahora supongamos que te tropiezas con uno al azar, y aunque en el fondo sabes que algunos Lacasitos están envenenados, no prestas demasiada atención. Total, el que tienes en la mano parece de lo más normal, con su lustrosa cobertura de color; ¿cómo podría ser dañino? Desafortunadamente, resultó ser venenoso y, si bien no ha llegado a matarte, enfermaste por ello; pero a pesar de todo, las personas que conoces siguen consumiendo Lacasitos y tratan de persuadirte para que olvides lo ocurrido y no le des más importancia, ya que "no todos los Lacasitos son así". ¿Y cómo se puede saber si la próxima vez no se va a repetir lo ocurrido o incluso llega a matarte? ¿No sería mejor que analizaran los que fuesen perjudiciales para la salud y los retiraran inmediatamente del mercado antes de que haya más víctimas?

Para que nos entendamos, cambiemos los Lacasitos por personas. Nunca sabemos con quién nos cruzamos, salvo el aspecto externo y, pese a tener interiorizada la idea de que cualquiera podría esconder alguna parte oscura de su vida, no solemos preocuparnos por ello. Hasta que pasa.

Imagina que un día cualquiera, a plena luz del día, un joven llamado Lester Cebrián (o Miguel Sotelo, o Pedro Mejías, o Rubén Palomares) se detiene ante ti con su flamante Seat Ibiza azul con matrícula de Málaga (o un BMW, o un Volkswagen, o un Fiat) y te pregunta, qué sé yo, por un estanco cercano en un pueblo pequeño, por un kiosco o por un supermercado. Por cautela no te acercas al coche, ya que te han enseñado que a veces usan esa táctica para robar, pero nadie te prepara para lo que estás a punto de vivir. 

Con toda tu buena fe le explicas a ese desconocido aparentemente desorientado dónde encontrar lo que preguntó, hasta que descubres que eso no era exactamente lo que quería, y cuando eres consciente de lo que acaba de ocurrir tus neuronas se bloquean, enmudeces y tu cuerpo no responde. El tiempo se detiene y eres incapaz de reaccionar en ese momento; a fin de cuentas, ¿qué es lo mejor que se puede hacer cuando te das cuenta de que un tipo ha aprovechado tu buena fe para masturbarse delante de ti? Estamos tan acostumbradas a agravios de este calibre que nos hemos inculcado la anulación, a ignorar la importancia de estos hechos más allá de comentarios como "qué asco", a normalizar estas conductas diciéndonos que no vale la pena denunciar ni comunicárselo siquiera a los progenitores del culpable cuando sabes quiénes son (porque, pobrecitos, bastante tienen con lo suyo) y a temer al delincuente. En definitiva, nos enseñan que la vergüenza nos la tenemos que quedar nosotras, en lugar de poner medios para que la vergüenza sea de aquellos que no saben comportarse en sociedad.

Pues no, yo no tengo vergüenza, sino rabia e impotencia. No tengo reparos en decir quién ha sido, lo que ha hecho y divulgarlo, ya que en mi caso ha sido un chico llamado Lester, del mismo municipio en el que vivo, pero mañana puede haber otra víctima de este animal o de cualquier otro que ande suelto.


*Lenore Lenoir*

lunes, 16 de marzo de 2015

Las vidas de Simone (parte 1)

Simone se ha considerado una ávida lectora desde que tiene memoria, incluso recuerda los cuentos que le contaban sus progenitores y que escuchaba con sumo interés. Más tarde, cuando ya aprendió a escribir, descubrió una nueva pasión que aún la acompaña: inventar sus propios cuentos, en los que siempre ha sido ella la protagonista.

Ella afirma que el día que nació se acercó a su cuna una hechicera disfrazada de doctora y le susurró al oído: "Tienes mucho potencial, pequeña Simone. Aún no lo sabes, pero tendrás mucho poder sobre tu vida; tu ambición será tan grande que todo lo que tengas a tu alcance te parecerá pequeño, y por eso te voy a otorgar un don único: la capacidad de escribir tu propia historia. Todo aquello que desees ser escríbelo y se convertirá en realidad, sin límites ni restricciones más allá de las que tu imaginación establezca. Mucha suerte, Simone."

Y fue así, que en sus primeros años de vida destacó por su inusual imaginación (según sus padres, algo poco frecuente incluso para una niña) y fue muy precoz en la lectura y escritura. También era más grande su ambición que su estatura, pues quería ser astronauta. Bueno, superheroína también. Y persona importante (como lo decía ella), con un maletín negro lleno de papeles y un traje como el de mamá. Ah, no hay que olvidar lo de ser doctora, porque así podría curar gente y verla contenta. Y piloto de aviones. Y profesora. Y... Lo quería todo, porque haría cosas distintas cada día y no se aburriría.

Una noche, teniendo casi cinco años, soñó con la extraña hechicera-doctora que la visitó en el hospital el día que nació, sólo que no vestía con bata blanca, sino con una camiseta y unos pantalones vaqueros corrientes. La mujer la miró sonriente y le dijo: "Ya va siendo hora de que fluya la imaginación de la mano de la tinta por la Fuente de los Sueños. Ten esta pluma y escribe, pequeña Simone. Recuerda que tienes el don de hacer realidad tus ambiciones." Dicho esto, extendió el brazo derecho y sostenía un pañuelo se seda con una "S" bordada en él. Éste parecía envolver algo, Simone lo cogió, algo dubitativa, y lo abrió. Era una pluma estilográfica fabricada con nácar, a excepción de la punta, que era de plata; obviamente Simone no era consciente de lo valioso que era lo que la amable señora le había regalado, pero era muy bonito y le encantó. 

Le dio las gracias tal y como le habían inculcado sus padres y dijo con un brillo en su mirada: "Escribiré mucho con esto, de verdad, y seré la mejor."

La hechicera sonrió, y sin decir más, se esfumó delante de Simone.


*Lenore Lenoir*

domingo, 8 de marzo de 2015

¿Feliz? Día de la Mujer

Hoy es 8 de marzo, ese día en el que los hombres que maltratan a sus parejas cambian sus golpes por flores y todo se vuelve una fiesta en torno a las mujeres. 

Hoy, 8 de marzo, España entera se transforma en un carnaval que ni el de Cádiz y Venecia juntos. Por un día, todo el mundo se pone la máscara violeta y gritan a viva voz: "¡Viva la mujer!" Total, no supone mucho esfuerzo marcarse el postureo feminista por un día y se queda estupendamente. Eso sí, ya es mucho pedir interesarse por conocer la verdadera historia de este día, que nada tiene que ver con flores, bombones y regalos.

Por costumbre, se tiende a felicitar hoy a todas las mujeres, pero ciertamente no hay nada que celebrar: todo esto se debe a la muerte, en 1911, de más de un centenar de mujeres en un incendio mientras protestaban en una fábrica por un trato digno como trabajadoras.
Tampoco es motivo de festejo no recibir, 104 años después de la tragedia, los mismos salarios que los hombres por el mismo trabajo realizado. ¿De qué sirve tanto paripé, tanto "viva la mujer", si mañana seguiremos viviendo en un sistema machista que nos cosifica y nos denigra por ser mujeres? ¿A mí de qué me vale que hoy me vengas con tu discursito pro-mujer si los 364 días restantes del año me vas a llamar "feminazi" por señalarte conductas machistas y no tienes ninguna intención de mirar tus privilegios para que una igualdad real sea plausible? 

A mí no me sirven los postureos y las miles de alabanzas que se te ocurran en torno a mí, si no te deconstruyes y sigues negando que exista desigualdad (mientras dices "zorra" como sinónimo de "mujer" y me tratas como una basura inútil día sí y día también), o me empujas brutalmente hacia dentro cuando pretendo hacerme un hueco más allá de la puerta de mi casa.

*Lenore Lenoir*

sábado, 28 de febrero de 2015

Los derechos de los hombres

El feminismo está a la orden del día, y hasta tal punto es así que no hay momento en el que los medios no manifiesten las protestas de las representantes del feminismo por antonomasia: FEMEN. Aparte, también publican las movilizaciones de otros movimientos feministas (pero no tan importantes como las de antes) y los logros obtenidos gracias a las presiones. Y, cómo no, no podían faltar quienes se oponen y quienes apoyan el feminismo (o defienden la igualdad, pero con matices, por miedo a ser radical). 

 Esta publicación, sin embargo, no va a ir encaminada hacia una temática feminista; me voy a centrar más bien en esas personas que se oponen al feminismo, ya que por "X" o por "Y" no se ven representadas en ese movimiento. Algunas se quejan de la etimología, que la consideran excluyente para los hombres cuando la igualdad debería englobar a todo el mundo, y a raíz de ese aislamiento que sienten algunos hombres les ha llevado a pensar que las mujeres tenemos más derechos que ellos. 

 Tras cavilar un poco en ello, he intentado ponerme en la piel de estos varones que se sienten oprimidos y he analizado aquellos beneficios que ostentamos las mujeres por el hecho de serlo, aquellos a los que creo que hacen mención cuando afirman que dan un trato de favor a las féminas. En esta publicación procuraré enumerar los más importantes. 

La queja más común que he oído es que nosotras tenemos derecho a entrar sin coste alguno y ser el producto de lujo de una discoteca, mientras que ellos tienen la obligación de pagar y recibir un trato como personas. 

Pero también les preocupa que no sufran un problema endémico como es el caso de la violencia hacia la mujer por su misma condición femenina; les entristece que no sean asesinados decenas de los suyos a manos de sus parejas por el hecho de ser hombres y que no cambien el nombre "violencia doméstica" por "violencia de género". 

Tengo entendido que la Ley de Paridad causó revuelo en su momento, ya que supuso un importante paso para instaurar la superioridad de la mujer en el ámbito público. Aquí se vio muy resentida la igualdad entre mujeres y hombres, y éstos protestaron (imagino que en la actualidad lo siguen haciendo) para que se aprobara una ley que impusiera un porcentaje obligatorio de varones con cargos políticos, para que así no nombren sólo a féminas. Sin duda es algo muy injusto, ya que hay también hombres capacitados y son ignorados por el hecho de tener un pene entre las piernas. 

 Al parecer también molesta que tengamos derecho a quejarnos cuando nos tocan sin permiso o cuando alguien que no conocemos nos dice algo que nos incomoda, mientras ellos desean tener el privilegio de ser acosados por la calle o manoseados pese a no manifestar consentimiento alguno. 

Ah, y en caso de divorcio, anhelan poseer el beneficio de tener la plena potestad de la descendencia y carecer de tiempo para conciliar la paternidad con un empleo, el ocio y rehacer la vida tras la ruptura. Es mucho más ventajoso depender económicamente de la pensión que te proporcione tu ex cónyuge. 

 Por lo pronto, lo que he expuesto es lo más significativo, pero seguro que no son los únicos derechos que gozamos única y exclusivamente las mujeres. De lo contrario, esto no sería un matriarcado. 

*Lenore Lenoir*

domingo, 15 de febrero de 2015

Ella, él, elle

Hace relativamente poco tiempo empecé a ver una forma de escribir que poco a poco se va extendiendo. Algunas personas empleaban una "x", otras una "e", pero en esencia el mensaje era el mismo: el uso del lenguaje inclusivo.

En algunos países existe un género neutro aparte del femenino y del masculino, pero ése no es el caso de España. Aquí está establecido que lo general es lo masculino y lo particular es lo femenino, de tal forma que al hablar de una pluralidad de personas (mixtas, se entiende) se usa automáticamente el masculino. Sin embargo, se está acuñando últimamente una diversidad de géneros, más allá del de mujer y hombre cisgénero (transgénero, agénero, queer...) y el masculino genérico de toda la vida se empieza a cuestionar como realmente inclusivo para toda la población. Hay quien dice que sustituirlo por una "x" es una tontería y hay cosas más importantes que lograr en pro de la igualdad; otras personas, en cambio, afirman sentirse excluídas con el lenguaje tradicional. Ahí que cada cual opine lo que quiera.

Sí es cierto que no se tiene por qué estar de acuerdo con el uso de un lenguaje no considerado correcto en nuestro idioma, pero afortunadamente el español es muy rico, y existen palabras y expresiones que engloban a todo el colectivo social sin hacer hincapié en un único género. Por ejemplo, "el Día del Niño" es perfectamente sustituible por "el Día de la Infancia". Aunque tengamos la costumbre de escuchar el masculino, cuando hablamos de "niño" hay que intuir que engloba también a las niñas; mientras que en el segundo caso no hay que presuponer nada, ya que la palabra "infancia" hace referencia a todo un colectivo independientemente de su género (en este caso, a las personas que están dentro del rango de edad en el que se considera la niñez).

Algo que me resulta curioso de todo esto es que el masculino genérico no lo es siempre, pues al parecer en según qué casos prevalece el femenino. Esto lo he visto sobre todo en determinados empleos, donde al parecer es impensable que haya un solo hombre ejerciéndolos: amAs de casa, limpiadorAs, enfermerAs, cuidadorAs de personas dependientes, prostutitAs, profesorAs de Educación Infantil. Muy rara vez (por no decir nunca) he oído la versión masculina de los trabajos que acabo de citar y esto me lleva a la siguiente reflexión: si lo masculino es lo general, lo que engloba a todo el mundo, y lo femenino es lo particular, lo que abarca sólo a las personas de dicho género; ¿hemos de entender entonces que estas labores sólo corresponden a las mujeres o considerar de forma excepcional el femenino genérico? Si es lo primero, ¿habría que concluir entonces que hay "cosas de mujeres y cosas de hombres" y el mismo lenguaje que utilizamos es sexista (de esto me ocuparé en otra entrada)? Si es lo segundo, ¿qué problema hay en hacer ajustes en las reglas si éstas son más favorables que las que ya tenemos? 

Un dato que no podemos pasar por alto es que la lengua no es algo estanco, está en continuo cambio y se adapta a los tiempos que vivimos. Si se ha admitido "jonrón" o "tuit" como términos válidos ante el incremento de su uso en la vida cotidiana, ¿por qué no somos capaces de imaginar que la "x" o la "e" que conforman el lenguaje inclusivo con el tiempo se vayan normalizando, extendiendo y adoptando como parte oficial de nuestro idioma? Si no, siempre podéis releer esta publicación y descubrir que he usado un lenguaje neutro en todo momento sin incurrir en un modo incorrecto de la escritura ni en la utilización de palabras extrañas.

*Lenore Lenoir*

lunes, 19 de enero de 2015

Piropos no, gracias, ya tengo suficientes

Llevo un tiempo que no paro de leer, a raíz de unos comentarios de pretensión de eliminar los piropos, opiniones de todo tipo. Lo que me resulta llamativo es el enorme revuelo y que muchas de esas opiniones son en contra, porque "el piropo es algo bonito", "porque es una exageración", "porque es una vulneración de la libertad de expresión". 
"Casualmente", la mayoría de las manifestaciones a favor del piropo provienen de hombres, así que ahora es el turno de exponer mi punto de vista, como persona que lo sufre.

Primero: Hay que distinguir entre piropo y halago. Lo primero procede de una persona desconocida, lo segundo lo emite alguien de tu entorno más cercano. Aquí radica la principal diferencia entre una palabra dirigida a ti que te pueda alegrar el día y esa misma palabra causándote una contrariedad: el vínculo afectivo. Un "estás para comerte" de tu pareja no es lo mismo que un "estás para comerte" de un tipo aleatorio al que pierdes de vista en un segundo y al cual no vas a volver a ver en tu vida: lo primero te alegra, porque hay unos sentimientos hacia esa persona y su expresión denota una reciprocidad sentimental; lo segundo da grima, ya que desconoces a ese hombre, te resulta totalmente indiferente su mera presencia y lo que él opine de ti no te dice absolutamente nada (por no decir que no sabes si detrás de eso se esconde una intencionalidad más oscura).

Segundo: Lo que me parece una exageración es que más del 90% de las mujeres tengamos que escuchar, por narices, comentarios de estos desconocidos desde que apenas alcanzamos la pubertad (o incluso antes) en cualquier época del año, en cualquier lugar, independientemente de nuestro atuendo. ¿En serio te parece "potentorra" una niña de 10 años que va camino al colegio? No, ahora en serio, ¿de verdad te excita sexualmente una cría que podría ser tu hija? Pues háztelo mirar, porque el problema no es que ella no te agradezca el tiempo que le has dedicado a recordarle lo sexy que está con su mochila de Hello Kitty, sino que tienes una mentalidad pedófila bastante latente en ti.
Soy consciente de que hay mujeres que sí les gusta recibir la aprobación de personas desconocidas, pero no todas tenemos ese límite de confianza tan amplio y generalmente nos incomoda tener la sensación de ser objetos andantes por muchas florituras que añadan a sus "lisonjas". 
Supuestamente, el piropo está diseñado para "alegrar el día" a la mujer que lo recibe, pero hay que tener en cuenta algunos detalles: ni a todas nos alegra el día recibir aunque sea un "bonita" de alguien que no conocemos, ni todas las mujeres son hetero (ergo el intento de conquista, o de lo que quiera que se pretenda diciendo opiniones a mujeres al tun-tún, sería un fracaso absoluto). Puede parecer una locura, pero hay mujeres que son felices paseando por la calle pensando en sus propios asuntos sin esperar ser interrumpidas. Qué se le va a hacer, no todas iban a ser agradecidas y complacientes, de todo tiene que haber en este mundo.

Tercero: Volviendo a las diferencias entre piropo-halago, otra es la reacción al mensaje. Es decir, cuando tu pareja o alguien a quien aprecias te dice un cumplido, espera una reacción por tu parte: una sonrisa, un abrazo, un ápice de emoción que le haga saber al emisor o emisora que te ha dado una alegría... algo. No es el caso del piropo. A lo largo de mi vida he comprobado, ya sea en mi propia piel o en otras mujeres, que en la mayoría de los casos, el emisor no pretende establecer ningún contacto contigo ni emite dichas palabras con la intención de hacerte más feliz. Casi siempre, el sujeto dice su comentario y se va, o lo dice cuando pasas de largo ante él, y muchas veces se sorprende si dicha mujer se da la vuelta y le pide que le repita lo que le ha dicho. En otras ocasiones, el sujeto emite su opinión, un silbido o berrido ininteligible, subido en un coche en marcha que desaparece en una décima de segundo, sin darte tiempo a reaccionar o a intercambiar palabra con él.

Cuarto: Si un piropo es algo bonito y dicho sin mala intención, para alegrarnos a las mujeres, ¿por qué muchos de los que los dicen agachan la cabeza, cambian de tema o incluso insultan si la mujer que ha recibido esas palabras pide que se las repitan? ¿Por qué se retractan o se alteran cuando se dan cuenta de que han dicho un piropo a sus propias madres (como ocurrió en un vídeo de Youtube donde se hizo tal experimento) si es algo totalmente inofensivo y bonito? El piropo es algo bonito, ¿para quién? Porque ya puedes ser mejor poeta que Bécquer, que si ella se siente incómoda no pensará e absoluto que es algo bonito y agradable de oír. ¿Sería igual de bonito si otro hombre que no conoces de nada te dedicara todas las cosas que dices tú a mujeres al azar por la calle?
Vivimos en sociedad y hay ciertas normas de conducta que son básicas para una convivencia pacífica para todas las personas. En cualquier otra circunstancia no te acercas ni hablas porque sí con cualquiera; por tanto, si quieres decir algo, acércate con un "Disculpa, ¿te puedo decir una cosa?" y actúas acorde a lo que te respondan. Si no lo haces es porque te importa un pimiento una reacción por la otra parte y ya no estamos en el terreno de las relaciones sociales entre sujetos, sino en una intromisión de su intimidad y en que ves a la otra persona como un objeto del que te da derecho a hablar.

En ocasiones dicen algunos hombres que no es para tanto, que si una mujer atractiva les dijera algo les resultaría agradable y les subiría la autoestima. Es lógico verlo desde esa perspectiva cuando no han estado aguantando comentarios constantemente desde que les empezó a aparecer la pelusilla del bigote hasta la mayor parte de su vida, para ellos se trata de algo eventual, de una anécdota que contar a sus amigos y fardar de que "ha ligado". ¿Cómo lo verían si desde pequeños se les hubiera insinuado mujeres de todo tipo (no tan jóvenes, no tan guapas, no tan esbeltas) e incluso hombres? ¿Creen que su vida habría sido la misma en ese caso? ¿Seguirían sintiéndose en libertad de vestir a su antojo, de andar solos en cualquier momento y lugar sabiendo que alguien les puede decir cosas e incluso perseguirlos un rato o agarrarle el culo?

*Lenore Lenoir*

viernes, 16 de enero de 2015

Neo-nazis y antifas de Primera División

Hace relativamente poco aconteció una tragedia: el asesinato de un ultra en vísperas de un partido de fútbol. Creo que no necesito dar más detalles para saber a lo que me refiero, pues tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación españoles; sin embargo, este tipo de conflictos entre personas aficionadas ultras de equipos enfrentados son bastante comunes, aunque generalmente suelen finalizar menos trágicamente.

Sin embargo, en la repercusión social este suceso derivó en terrenos políticos, ya que supuestamente el fallecido estaba en el bando "antifascista" y fue agredido y asesinado por los "neonazis". Sinceramente, nunca he podido entender (y a día de hoy sigo sin comprenderlo) esta asociación de pertenecer a los ultras de un equipo con tener una ideología política determinada; más bien creo que prima la búsqueda de la integración y encontrar un grupo de personas que compartan un sentimiento común: el afán de violencia, tener una excusa para partirle la cara a alguien y que parezca que tus razones para hacerlo son lógicas e incluso loables. Pero claro, pelearse sólo por ser de un equipo de fútbol rival al que tú sigues no es muy razonable, mas la cosa cambia cuando crees que así estás haciendo una revolución por tus ideales y derrotas al enemigo. Tal vez piensas que así resucitarás a Hitler e instaurará tu preciado IV Reich (aunque lo mismo eso de ser morenito lo confunda con el colectivo judío y ya no sería tan reconfortante), o inspirarás pavor al actual Gobierno y proclamará la III República (eso sí, no habría ninguna garantía de que ésta fuera de izquierda, sino mira a Italia).

Otra cosa que también llamó mi atención fue cuando destacaron ciertas características de algunas de las personas detenidas por la muerte de "Jimmy". Es que es muy relevante que uno fuera taxista, o que otra fuera mujer. ¿Desde cuándo la crueldad entiende de profesiones o de género?


*Lenore Lenoir*

miércoles, 7 de enero de 2015

RIP libertad de expresión

Hoy, 7 de enero de 2015, París está de luto por las 12 vidas sesgadas en ese atentado, y el mundo entero estamos de luto también. La libertad de expresión ha sido herida de muerte; el lápiz y el papel han perdido esta batalla frente a las balas del fanatismo.

Finalmente, todos los deseos negativos de muerte y destrucción que esa religión de paz anhelaba hacia cierto caricaturista holandés unos años atrás se ha tornado realidad en la capital francesa. 

Por desgracia para ellos, la tinta fluye con más rapidez que el miedo y se reproduce como una hidra. Hay que tener en cuenta también de lo que Francia supone: un país que se proclama como la cuna de la libertad, pero a su vez ha redactado leyes para expulsar a las personas rumanas y gitanas, y ahora posee el Gobierno (o el futuro Gobierno) la coartada perfecta para hacer lo mismo con las musulmanas sin que les tiemble el pulso. Dudo que alguno de los asesinos me leáis, pero os diré algo: habéis condenado al exilio a las buenas gentes que huyeron de personas como vosotros, que habían forjado un hogar y convivían tranquilamente. Espero que llegado el momento tengáis una buena explicación para lo que se avecina, porque romper una caricatura os va a salir caro.

Muchas veces me preguntan por qué soy atea, y mi respuesta es muy simple: mi concepto de "paz y amor" dista mucho del que proclaman las religiones.

RIP Charlie-Hebdo. RIP libertad de expresión


*Lenore Lenoir*