Como puede resultar evidente, teniendo en cuenta las fechas en las que nos encontramos, la entrada de hoy tratará de la Semana Santa. Antes que nada, un AVISO a los creyentes/amantes fanáticos de la Semana Santa: mis dedos no van a teclear halagos sobre esta fiesta, así que absteneos de continuar leyendo a partir de las líneas (que luego vienen los insultos y no digáis que no lo advertí).
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Si estás leyendo esto, querid@ lector/a, eres consciente de lo que te expones y tampoco te gusta la Semana Santa.
Tengo motivos para no agradarme esta festividad. Serán buenos o malos, pero son mis razones, y suficientes.
Algunos me dirán: "pues si no te gusta, no vayas a ver procesiones." Veamos, no se trata única y exclusivamente de las procesiones, aunque entorpezcan el tráfico normal de los transportes y la multitud en las calles resulta más agobiante que de costumbre (y si las calles por las que paseas son estrechas, ya ni hablemos). Es todo lo que acarrea, y toda la hipocresía de ciertas personas se hace más notoria en estas fechas que de costumbre.
Estas fiestas lo que recrean es la muerte del hijo de uno de los dioses que ha creado la humanidad para responder a las preguntas que no entendemos a través de una "coletilla", que responde a todo y nada al mismo tiempo. El hijo de este dios en cuestión tenía la fama de ser un humilde carpintero que iba por ahí curando enfermos y emborrachando a la gente con agua transformada en vino, y dicen también que se sacrificó por todos nosotros, con efectos presentes, futuros y retroactivos.
Resulta irónico que alguien que repudiaba la riqueza y que vestía con harapos sea representado actualmente con figuras ostentosas y vestido con túnicas cuyo valor sólo puede equipararse a las ropas que viste el Papa; que este mismo señor rechazara el poder sobre las personas (o eso dicen) y que exista una gran jerarquía podrida dentro de las hermandades; que él predicara hermandad y paz y existan enfrentamientos entre hermandades, llegando incluso a actuar en contra del otro a mala fe; y un largo etcétera.
Aparte de toda esta falsedad, me parece un tanto macabro representar escena por escena la muerte de una persona (más aún de una persona que ellos mismos creen que existió). Es como si cada vez que muriese alguien, talláramos figuras de la historia de su fallecimiento y las paseáramos todos los años por las calles, con banda de música incluida, para que llame más la atención de la gente. Estoy segura de que más de un aficionado a la Semana Santa se sorprendería si se le mostrara una fotografía postmortem del siglo XIX, e incluso se preguntaría cómo era capaz la gente de aquella época de fotografiar a sus familiares muertos (desde mi punto de vista, me parece más razonable esto último que las procesiones, ya que en aquella época era muy costoso hacer una fotografía, se tardaba mucho en hacer la foto, y a veces ésta era la única forma de poder conservar algún recuerdo de sus seres queridos).
Probablemente en otras circunstancias despertaría en mí una atracción artística de las imágenes, pero después de todo lo que representa y que sea una contradicción a lo que predicaba el personaje, no puedo decir que me guste la Semana Santa.
*Lilith*
"There's also love and life and hope." "Very little hope I assure you. No. If a god of love and life ever did exist... he is long since dead. Someone... something rules in his place."
domingo, 24 de marzo de 2013
martes, 19 de marzo de 2013
Neandertales del siglo XXI
Mi entrada de hoy trata sobre una de las cosas que más me molestan (y
creo que no soy la única que se siente incómoda en este tipo de
situaciones) y que no es más que una muestra de "inteligencia" primitiva por parte de quienes se comportan así.
Al parecer algunos tíos no nacieron con el noble arte de "ligar" y sus tácticas para impresionar a una chica tienen la complejidad que les permite su par de neuronas, o tal vez eso les sirve en las discotecas y se piensan que todas pasaremos por el aro.
El que sea de mente un poco más avispada sabrá por dónde van los tiros; para quien esté aún un poco despistad@, aclararé lo que quiero decir.
¿Quién no ha sufrido los gritos y berridos provenientes de los típicos trogloditas con escobillas de váter en la cabeza, cuyas 2 neuronas han dado lo suficiente de sí para coordinar su cuerpo para conducir un coche con la música a todo volumen? ¿O quién no se ha topado alguna vez en su vida con un neandertal que se queda mirándote como un vicioso?
¿Tan difícil es acercarte a una persona que te atrae de manera educada e intentar conocerla y ya si eso ver qué pasa?
Si aquéllas son las formas con las que suelen ligar, sinceramente no sé cómo les puede funcionar (si es que funcionan). O hay mucha desesperación, o hay muy poca dignidad.
*Lilith*
Al parecer algunos tíos no nacieron con el noble arte de "ligar" y sus tácticas para impresionar a una chica tienen la complejidad que les permite su par de neuronas, o tal vez eso les sirve en las discotecas y se piensan que todas pasaremos por el aro.
El que sea de mente un poco más avispada sabrá por dónde van los tiros; para quien esté aún un poco despistad@, aclararé lo que quiero decir.
¿Quién no ha sufrido los gritos y berridos provenientes de los típicos trogloditas con escobillas de váter en la cabeza, cuyas 2 neuronas han dado lo suficiente de sí para coordinar su cuerpo para conducir un coche con la música a todo volumen? ¿O quién no se ha topado alguna vez en su vida con un neandertal que se queda mirándote como un vicioso?
¿Tan difícil es acercarte a una persona que te atrae de manera educada e intentar conocerla y ya si eso ver qué pasa?
Si aquéllas son las formas con las que suelen ligar, sinceramente no sé cómo les puede funcionar (si es que funcionan). O hay mucha desesperación, o hay muy poca dignidad.
*Lilith*
sábado, 16 de marzo de 2013
¿Dónde está la democracia?
Trato de entenderlo, de verdad que lo intento. Veo las noticias y escucho a los políticos llenarse la boca con la palabra "democracia". Que si estamos en democracia, democracia esto, democracia lo otro... Pero por más que lo repitan, no quedo del todo convencida.
Ya son tantas mentiras, tantas frustraciones, y un Gobierno de mayoría absoluta no resulta muy alentador. Cada vez que abren la boca es para ordenar más recortes, imponer normas impopulares, privilegiar a cuñados y amigos y putear a los de siempre, a la mayoría. Qué paradoja que siendo nosotros (el pueblo) los que gobernamos seamos los que más jodidos estamos. ¿Realmente es esto una democracia?
*Lilith*
Ya son tantas mentiras, tantas frustraciones, y un Gobierno de mayoría absoluta no resulta muy alentador. Cada vez que abren la boca es para ordenar más recortes, imponer normas impopulares, privilegiar a cuñados y amigos y putear a los de siempre, a la mayoría. Qué paradoja que siendo nosotros (el pueblo) los que gobernamos seamos los que más jodidos estamos. ¿Realmente es esto una democracia?
*Lilith*
Odio
Cuando
alguien pregunta: ¿Cuál es el arma más potente que existe en este
mundo? A muchos le vendrá en mente una bomba atómica o un arma de
destrucción masiva. Vale, son muy destructivas, pero no mucho más que el
sentimiento que nos mueve a usarlas. No es otro sentimiento que el
ODIO.
Odio. Algo tan primitivo e instintivo pero a su vez algo que si no se sabe controlar puede resultar ser el arma más mortífera y destructiva que todos los artificios inventados por el ser humano.
No es sino la cuna de las salas de tortura, de las armas de fuego, las bombas atómicas y un largo y escalofriante etcétera.
Dicen que la única forma de vivir en armonía es la paz, pero para que ésta exista primero tiene que predominar sobre el odio, arrancar el odio de este mundo.
*Lenore Lenoir*
viernes, 15 de marzo de 2013
Incultura es cultura (Parte 3)
Ahora es el turno de hablar sobre otro aspecto cultural degenerado a lo largo de los años: la música.
Un elemento que ha acompañado a la sociedad durante muchos siglos, hoy en el siglo XXI se está viendo perjudicada, al igual que la mayoría de elementos representativos de nuestra cultura y patrimonio.
Durante generaciones ha servido para entretener, para dar ambiente a las fiestas o reuniones sociales, para expresar emociones y, hace unas décadas, fue utilizada como un medio más para expresar descontento con aspectos de la sociedad, tales como la violencia, la guerra, la pobreza...
A raíz de estos artistas que intentaban transmitir mensajes de paz o libertad surgieron géneros como el reggae, punk, ska, metal, hip hop...
Desgraciadamente, muchos de estos géneros se están viendo hoy en día infravalorados como consecuencia, en gran parte, de la comercialización de la música.
Actualmente, lo que vende no es aquella música que más mensaje transmita, más bien al contrario. Se valora más la fachada (un ritmo bailable, pegadizo y, si hay una cara bonita al frente, mejor) que lo que transmite.
De estas modas surgieron estilos que, en mi opinión, no deberían haber salido a la luz (ejemplo "música pastillera" y "reguetún-con-pan", entre otros). Vale que sean "temas bailables", pero son letras vacías, carentes de emoción tanto por parte de lo que transmiten como por parte de quienes las cantan.
O si no, ¿que sentimientos puede transmitir una canción que diga "parabrisas, limpiaparabrisas" o "estaba felix, el gato con botas, pero faltaba un gato... el gato voladoooor"?
En otras cosas, hablan de temas machistas, sexistas, con connotaciones violentas. Lo más curioso, es que hayan mujeres que defiendan canciones en las que las ponen de zorras para arriba (lo que llega a hacer una moda...). Un ejemplo de ello es una canción (no se me ocurre otra palabra para denominarlo), cuya letra es: "yo quiero que todas me coman la p***a".
¡Oh! ¡cuánto sentimiento! ¡cuánta cultura derrochada!
seguro que más de uno me saltará con: pero la música está para bailarla, ¿qué sentido tiene escuchar una música si no puedes bailarla? (sí, más de una vez me lo han dicho, refiriéndose a mi amado Metal). Me parece genial que la música se baile, ¿pero por qué la música bailable está reñida con el contenido de un mensaje, que transmita unos valores? ¿No puede haber música bailable que hable de libertad, paz, honradez? A mí no me gusta sentirme como una gilipollas mientras bailo.
Por otra parte, en esta vida no se trata sólo de bailar. A mí me gusta de vez en cuando sentarme y escuchar música por placer, porque me siento plena con canciones de fondo que me inunden de sensaciones y dejen volar mi imaginación, que me permiten hacer después otra de mis aficiones favoritas.
Bueno, creo que esto es casi todo lo que quería decir al respecto.
Para finalizar, me gustaría añadir que es una lástima que una persona dedique años de su vida aprendiendo a tocar una guitarra (cuando digo guitarra hago referencia también a cualquier instrumento) para que luego le digan que lo que hace es ruido y que podría hacerlo cualquiera, o que haya entrenado su voz para aprender a cantar y digan que grita. En cambio, alaben como a un dios a alguien que enciende un ordenador, cuyo único sonido es el del "atún-con pan". Es muy triste.
*Lilith*
Un elemento que ha acompañado a la sociedad durante muchos siglos, hoy en el siglo XXI se está viendo perjudicada, al igual que la mayoría de elementos representativos de nuestra cultura y patrimonio.
Durante generaciones ha servido para entretener, para dar ambiente a las fiestas o reuniones sociales, para expresar emociones y, hace unas décadas, fue utilizada como un medio más para expresar descontento con aspectos de la sociedad, tales como la violencia, la guerra, la pobreza...
A raíz de estos artistas que intentaban transmitir mensajes de paz o libertad surgieron géneros como el reggae, punk, ska, metal, hip hop...
Desgraciadamente, muchos de estos géneros se están viendo hoy en día infravalorados como consecuencia, en gran parte, de la comercialización de la música.
Actualmente, lo que vende no es aquella música que más mensaje transmita, más bien al contrario. Se valora más la fachada (un ritmo bailable, pegadizo y, si hay una cara bonita al frente, mejor) que lo que transmite.
De estas modas surgieron estilos que, en mi opinión, no deberían haber salido a la luz (ejemplo "música pastillera" y "reguetún-con-pan", entre otros). Vale que sean "temas bailables", pero son letras vacías, carentes de emoción tanto por parte de lo que transmiten como por parte de quienes las cantan.
O si no, ¿que sentimientos puede transmitir una canción que diga "parabrisas, limpiaparabrisas" o "estaba felix, el gato con botas, pero faltaba un gato... el gato voladoooor"?
En otras cosas, hablan de temas machistas, sexistas, con connotaciones violentas. Lo más curioso, es que hayan mujeres que defiendan canciones en las que las ponen de zorras para arriba (lo que llega a hacer una moda...). Un ejemplo de ello es una canción (no se me ocurre otra palabra para denominarlo), cuya letra es: "yo quiero que todas me coman la p***a".
¡Oh! ¡cuánto sentimiento! ¡cuánta cultura derrochada!
seguro que más de uno me saltará con: pero la música está para bailarla, ¿qué sentido tiene escuchar una música si no puedes bailarla? (sí, más de una vez me lo han dicho, refiriéndose a mi amado Metal). Me parece genial que la música se baile, ¿pero por qué la música bailable está reñida con el contenido de un mensaje, que transmita unos valores? ¿No puede haber música bailable que hable de libertad, paz, honradez? A mí no me gusta sentirme como una gilipollas mientras bailo.
Por otra parte, en esta vida no se trata sólo de bailar. A mí me gusta de vez en cuando sentarme y escuchar música por placer, porque me siento plena con canciones de fondo que me inunden de sensaciones y dejen volar mi imaginación, que me permiten hacer después otra de mis aficiones favoritas.
Bueno, creo que esto es casi todo lo que quería decir al respecto.
Para finalizar, me gustaría añadir que es una lástima que una persona dedique años de su vida aprendiendo a tocar una guitarra (cuando digo guitarra hago referencia también a cualquier instrumento) para que luego le digan que lo que hace es ruido y que podría hacerlo cualquiera, o que haya entrenado su voz para aprender a cantar y digan que grita. En cambio, alaben como a un dios a alguien que enciende un ordenador, cuyo único sonido es el del "atún-con pan". Es muy triste.
*Lilith*
Incultura es cultura (parte 2)
En
el volumen 1 hablaba de la decadencia cultural de nuestra generación.
Mires donde lo mires, todas las artes están en tal fase de degradación
que me da miedo mirar hacia el futuro.
Pero analicemos la situación por partes. Ahora me voy a centrar en la literatura.
Como bien dije en la primera parte, la literatura hace apenas un siglo servía como herramienta para transmitir las inquietudes de los escritores, camuflándolas en personajes ficticios para evitar la represión del Gobierno de la época, dando lugar a verdaderas obras maestras.
Otras historias no tenían la intención de manifestar ideologías, pero eran tan sublimes que te sumergían en mundos maravillosos y a la vez extraños, redactados con una imaginación privilegiada (¿ o acaso La llave de Plata de Lovecraft no era producto de una mente soñadora?).
Actualmente, por desgracia, los "best-seller" consisten, la mayoría, en meras copias cutres de obras prodigiosas o de géneros literarios que se han puesto de moda.
Sí, seguro que algunos ya sabrán a qué me refiero (si Bram Stoker levantara la cabeza...): me refiero a todas estas historias de amor para adolescentes sobre vampiros (no me refiero sólo a Crepúsculo, que conste) y a todo el revuelo que hay ahora con los vampiros.
Lo que pasa hoy en día es que te sacan un libro, y como se ponga de moda, te salen 176327486328746 escritores más de debajo de las piedras escribiendo lo mismo pero con los nombres cambiados. Primero salió Crepúsculo, que en poco tiempo se convirtió en fenómeno de masas, y poco después salió a la venta un libro sobre Drácula escrito por un descendiente de Bram Stoker.
Sinceramente, no me he leído el libro, así que no soy quién para juzgar si es bueno o no, pero veo fatal que se aproveche del nombre de su antepasado para copiar su idea.
Pero, además de vampiros que brillan en la luz como chalecos reflectantes, también hay 218934798578934 copias del Señor de los Anillos: Dragonlance, Reinos Olvidados, etc etc (Aunque estoy enganchada a dragonlance, he de reconocerlo); y así muchísimos géneros más.
Lo que acabo de describir es el primer tipo predominante de literatura.
El segundo tipo de literatura es el libro que te saca todo famoso, ya sea hablando de sí mismo o recogiendo monólogos de su programa.
En resumen: hoy en día puede escribir un libro cualquiera, no es necesario tener argumento. Tienes dos opciones: hacerte famoso y escribir sobre tu vida, o bien coges un libro de moda y copias y pegas (no olvidarse de cambiar al menos los nombres).
O hay una tercera opción: echarle huevos, imaginación e inventarte un argumento original. Inconveniente: puede que nadie lea tu libro.
El lado bueno de todo esto es que, cuando se pone de moda un libro, la gente hace un esfuerzo por leer... hasta que sacan la película.
*Lilith*
Pero analicemos la situación por partes. Ahora me voy a centrar en la literatura.
Como bien dije en la primera parte, la literatura hace apenas un siglo servía como herramienta para transmitir las inquietudes de los escritores, camuflándolas en personajes ficticios para evitar la represión del Gobierno de la época, dando lugar a verdaderas obras maestras.
Otras historias no tenían la intención de manifestar ideologías, pero eran tan sublimes que te sumergían en mundos maravillosos y a la vez extraños, redactados con una imaginación privilegiada (¿ o acaso La llave de Plata de Lovecraft no era producto de una mente soñadora?).
Actualmente, por desgracia, los "best-seller" consisten, la mayoría, en meras copias cutres de obras prodigiosas o de géneros literarios que se han puesto de moda.
Sí, seguro que algunos ya sabrán a qué me refiero (si Bram Stoker levantara la cabeza...): me refiero a todas estas historias de amor para adolescentes sobre vampiros (no me refiero sólo a Crepúsculo, que conste) y a todo el revuelo que hay ahora con los vampiros.
Lo que pasa hoy en día es que te sacan un libro, y como se ponga de moda, te salen 176327486328746 escritores más de debajo de las piedras escribiendo lo mismo pero con los nombres cambiados. Primero salió Crepúsculo, que en poco tiempo se convirtió en fenómeno de masas, y poco después salió a la venta un libro sobre Drácula escrito por un descendiente de Bram Stoker.
Sinceramente, no me he leído el libro, así que no soy quién para juzgar si es bueno o no, pero veo fatal que se aproveche del nombre de su antepasado para copiar su idea.
Pero, además de vampiros que brillan en la luz como chalecos reflectantes, también hay 218934798578934 copias del Señor de los Anillos: Dragonlance, Reinos Olvidados, etc etc (Aunque estoy enganchada a dragonlance, he de reconocerlo); y así muchísimos géneros más.
Lo que acabo de describir es el primer tipo predominante de literatura.
El segundo tipo de literatura es el libro que te saca todo famoso, ya sea hablando de sí mismo o recogiendo monólogos de su programa.
En resumen: hoy en día puede escribir un libro cualquiera, no es necesario tener argumento. Tienes dos opciones: hacerte famoso y escribir sobre tu vida, o bien coges un libro de moda y copias y pegas (no olvidarse de cambiar al menos los nombres).
O hay una tercera opción: echarle huevos, imaginación e inventarte un argumento original. Inconveniente: puede que nadie lea tu libro.
El lado bueno de todo esto es que, cuando se pone de moda un libro, la gente hace un esfuerzo por leer... hasta que sacan la película.
*Lilith*
"Yonkis" de Dios
Esta
entrada quise escribirla hace tiempo, pero por diversos motivos, no he
tenido tiempo disponible para ello. La escribo con motivo de esas
personas que van por las calles repartiendo panfletos y estampitas
diciendo lo misericordioso, bueno y supermegaguay que es Dios. En verdad
no sé si estas personas son Testigos de Jehová o de cualquier otra
secta.
Todo esto que voy a relatar viene a raíz de mi experiencia personal, pues en unos pocos meses me han llegado a parar esta gente en 3 ocasiones. Las dos primeras veces, en cuanto me di cuenta del contenido de las revistas (una era un folleto, la otra una revista), les dije educadamente que no era creyente, que no me dieran los folletos, y no insistieron más.
Pero a la tercera vez, la mujer no se quedó satisfecha con mi: "no, no soy creyente". Empezó a preguntarme el motivo por el que no era creyente y como yo tenía un poco de tiempo, me pareció incluso divertido desbancar sus argumentos.
La mujer decía cosas en plan: "Pero Dios es bueno, y si crees en él te guiará por el camino de la bondad" y "En el salmo número tal de nosequién dice que llegará un momento en el que el ser humano tenderá a amar el dinero por encima de las demás cosas", o "Dios ayuda a los necesitados".
Y con esto que me dijo, yo quiero decir, por un lado, que por el hecho de creer en Dios no te hace mejor persona que alguien que no sea creyente o sea de otra religión. De hecho, en numerosas ocasiones se ha demostrado que personas que se consideran muy devotas y van a misa todos los domingos y luego son de lo peorcito (no estoy generalizando, hablo de casos concretos que conozco o me han contado). ¿O me vais a decir que los del Tribunal de la Inquisición, o Franco, muy amigo de la Iglesia, eran buenas personas? Un asesino, por muy creyente que sea, no es mejor persona que alguien que no sea creyente y participe en ONGs o ayude a construir escuelas, solo por el hecho de ser creyente.
Por otro lado, me parece una hiprocesía tremenda decir que todos somos hermanos y que debemos ser humildes y honrados, que hay que ayudar al prójimo, al mismo tiempo que se gastan un dineral en cubrir de oro y joyas una imagen de una virgen o que los altos cargos de la Iglesia vivan rodeados de diamantes mientras mucha gente viven la odisea de sobrevivir un día más en penurias.
Por no hablar de los problemas que causa el fanatismo excesivo por defender a "su" Dios, llegando al extremo de declarar guerras de religión. ¿Pero no os dais cuenta de que el dios es el mismo en todas las religiones, pero con nombre distinto? Mucho criticar el paganismo, pero seguro que los paganos no se peleaban como gilipollas por ver quién es mejor.
Cuando pienso en esto, más me alegro de no ser creyente, prefiero creer que cada uno es dios y dueño de sí mismo, con nuestras limitaciones y con capacidades para realizar nuestros pequeños (pero significativos) milagros.
Se me olvidó añadir una última cosa, una duda existencial: ¿Por qué esta gente, en vez de ir predicando lo supermegaguay que es Dios, no "siguen su camino" y se dedican a ayudar a gente que lo necesita en vez de perder el tiempo con esa estupidez de repartir folletos? ¿Acaso creen que por eso ya se "ganan el cielo"? ¿De qué sirve que haya tanto creyente, si de todos ellos, habrá uno o dos como mucho que en verdad haga algo por los demás?
*Lenore Lenoir*
¿Somos realmente nosotros?
¿Somos realmente nosotros quienes nos mostramos ante los demás o una máscara ante la realidad?
Se pueden saber muchas cosas de las personas, sin embargo, nunca se las llegará a conocer del todo, ni siquiera nosotros mismos podemos alcanzar a adivinar nuestros límites.
Se pueden saber muchas cosas de las personas, sin embargo, nunca se las llegará a conocer del todo, ni siquiera nosotros mismos podemos alcanzar a adivinar nuestros límites.
En ocasiones esperamos ciertas reacciones de nosotros ante determinadas circunstancias, pero cuando de verdad ocurre, nos sorprendemos nosotros mismos ante un comportamiento inesperado.
Las apariencias sólo son un disfraz para agradar o disgustar a quienes nos convienen, pues el más pulcramente vestido puede ser la más temible de las personas; y la propia personalidad se maquilla para dar una imagen que nada tiene que ver con la realidad.
Por desgracia o por fortuna, esas máscaras son sólo un velo temporal en los ojos de los demás, que tarde o temprano se irá desgastando hasta descubrir realmente (pero sólo en parte) a las personas que tratan de ocultar lo que son.
*Lenore Lenoir*
No somos nazis, somos feministas.
Después de mucho tiempo sin entrar en este blog, creo que la única forma de librarme de esta escasez de escritura va a ser, qué ironía, escribiendo. Con tantas ideas en mente, pero enredadas como una bobina de hilo, lo mejor va a ser ir desmenuzándolas poco a poco.
Una de las cosas que quería profundizar un poco es el Feminismo, pues no es infrecuente leer últimamente comentarios en las redes sociales donde se denigra a las feministas con calificativos como "feminazis" o expresiones como "Feministas hasta que se casan", donde se refleja una total ignorancia al verdadero significado de feminismo y, en ocasiones, lo confunden con "hembrismo".
Antes que nada, es importante saber diferenciar el concepto de uno y otro término: el Feminismo lo que pretende es lograr la igualdad de derechos entre mujeres y hombres (ante todo somos personas, y deberíamos ser tratados todos como tales, independientemente del sexo); por contra, el Hembrismo es la versión femenina del Machismo, es decir, considerar a la mujer como superior al hombre y tratar a éste como poco más que un felpudo (algo de lo que personalmente estoy totalmente en contra).
Tras esta explicación distintiva hecha de forma resumida y muy por encima, sobra decir que el acto de casarse no es algo contradictorio al feminismo, pues el matrimonio no supone subordinación, ni el hecho de tener pareja deja de ser una mujer completa (no hay que olvidar que también existen los hombres feministas). ¿Acaso las feministas no tenemos derecho a querer a alguien?
También cabe destacar al respecto el dilema relativo especialmente a las pruebas físicas diferenciadas para mujeres y hombres para acceder al cuerpo de policía o de bomberos. Está demostrado que fisiológicamente los hombres están predispuestos a ser más fuertes que las mujeres, pero no por ello puede justificarse que nosotras debamos quedar excluidas de esos oficios.
Personalmente, no creo que una mujer tenga menos posibilidades de éxito de salvar vidas por el mero hecho de que le exijan menos en sus pruebas físicas de acceso a bombero (o a cualquier cuerpo de seguridad en general) que su compañero masculino, ya que queda compensado con otras cualidades que nos facilita nuestra fisionomía (mayor agilidad en los movimientos, por ejemplo). La fuerza, aunque sea importante para ciertas labores, no tiene valor si no se emplea maña y destreza.
Claramente todas las personas somos diferentes, y a veces son necesarios tratos desiguales para conseguir iguales posibilidades y derechos (qué paradoja), pero en eso consiste la igualdad.
*Lenore Lenoir*
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