sábado, 10 de diciembre de 2016

Yo soy feminista


He intentado ver el vídeo de Zorman sobre las feministas, pero no he podido verlo de lo desagradable que me ha resultado y siento la necesidad de comentar sobre ello. Intentaré ir por partes y lo más ordenada posible, aunque mis ideas están un poco dispersas por querer decir mucho pero sin explayarme demasiado.

No me ha parecido gracioso, sinceramente, y no por el hecho de que "haya entrado en mi terreno", sino porque me ha resultado hostil y con intención de atacar y ridiculizar a todo un movimiento. Yo me identifico como metalera y también me atrae el estilo gótico, y me reí con "Yo soy gótico" y "Yo soy heavy"; sin embargo, en este último vídeo percibí un tono muy distinto, menos "simpático", por decirlo de algún modo. Tampoco es el primer vídeo que veo parodiando el feminismo, y aún habiendo algunas cosas que no me entusiasmaban demasiado, consiguieron hacerme reír.

De base, hay que tener en cuenta una cosa: no es lo mismo parodiar una tribu urbana -que se basa en una estética, un estilo de música, unas aficiones...-, que un movimiento social, que consiste en una reivindicación de derechos por parte de un colectivo que ya bastante mal lo está pasando como para que encima siga echando más leña al fuego alguien con una influencia de masas tan grande. Y la parodia es lo de menos, porque haciéndola en condiciones puede provocar alguna carcajada, de lo que yo me quejo es de la forma en la que ha enfocado el vídeo.

Para empezar, en la descripción dice que ha sido asesorado por "Experto en Igualdad", que es una cuenta antifeminista. Ahí todavía puedo entender que cuando buscas información sobre algo que desconoces te cuesta saber separar el grano del trigo y aceptas cualquier ayuda que venga. Ahora bien, si se te echan encima en masa por el vídeo y tu reacción es desaparecer y no escuchar o leer en qué la has cagado, permíteme que te diga que tu interés por aprender es nulo, sólo admites a aquellos que te brindan una información cómoda (y errónea), acorde a tus ideas preconcebidas. ¿Entonces para qué tanta parafernalia de buscar asesoramiento sobre un asunto que más que polémico es complejo, si no te ha aportado nada nuevo?

En lo poco que he visto del vídeo, lo que he encontrado de entrada son unos dibujos de unas feministas caracterizadas como gordas y/o feas, lo cual no tiene nada de malo serlo, pero es un recurso muy manido que se lleva utilizando desde el s. XIX como "argumento" contra el feminismo.



"La empatía y la razón no entran en mi pensamiento". Esto ya fue el colmo, y lo dijo apenas comenzar el vídeo. Recurrir a la descalificación barata pese haber sido "asesorado" a conciencia, aparte de demostrar la falta de argumentos -para hacer parodias también hay que tener un mínimo de idea de qué se parodia-, no transmite risa, sino rencor y hostilidad. Lo que yo siento como espectadora es que quien hace el vídeo se lo toma como algo personal, aunque se escude en un supuesto humor para tomarse todas las licencias que quiera.

Por otra parte, el contenido en sí no me dice nada. Ya no es sólo que no me vea reflejada en ese batiburrillo de estereotipos o me molesten ciertos comentarios, es que no identifico el "personaje" como feminista. Es decir, qué tendrá que ver luchar por la liberación de las mujeres con llevar el pelo de colores, por decir uno de esos estereotipos. El pelo de colores está de moda y se ha extendido entre chicas feministas como personas que forman parte de esta sociedad, pero no es algo que provenga de los movimientos feministas. O hacerse fotos desnudas, cuando vivimos saturadas y saturados de imágenes de mujeres sin ropa (ya sea para venderte un coche, por caprichos del guión de casi cualquier película/serie que se tercie, o porque quieren y pueden) que pueden ser, o no, feministas.

Por desgracia, no creo que la cosa vaya a acabar aquí. Ya hizo uno sobre lesbianas, otro colectivo discriminado que, casualmente, suelen asociarlo al feminismo ("si eres feminista es que odias a los hombres, por lo tanto eres lesbiana") y, como dice el refrán: uno recoge lo que siembra. Es decir, este tipo de vídeos atraen a quienes atraen, que son muchos y generan una suculenta cantidad de ingresos (no hay más que ver el número de suscriptores que tiene Dalas, por ejemplo), y al final sólo quedan dos alternativas: seguir haciendo ese mismo contenido porque van a ser ganancias aseguradas, o buscar otro tipo de temática con el riesgo de que tus seguidores emigren a otros canales que les den lo que quieren ver y oír.

Soy consciente de que tirar por tierra la lucha feminista con la excusa del humor está muy cotizado en Youtube, pero no es lo mismo que la gente se ría porque piense "es tan exagerado y surrealista que es gracioso" a que lo haga porque "es gracioso porque es verdad", y esto último es lo que está ocurriendo con ese vídeo por la desinformación generalizada de la audiencia (de hecho, a quienes he visto compartirlo de mi entorno le han añadido frases del tipo "qué razón tiene", "qué gran verdad", etc).



Como consecuencia de todo esto, lo que estamos recibiendo las feministas es acoso y la difusión del vídeo se está produciendo con más intención de molestar y hacer daño que porque sea gracioso en sí, y que se nos niegue la oportunidad de expresar nuestro malestar porque enseguida aparece la horda de seguidores insultando.

Y ahora te digo, Zorman, que yo te animo a que vayas a eventos feministas si realmente te interesa, porque la única forma de aprender es yendo y escuchando. Allí te pueden recomendar libros, blogs, eventos, etc realmente fiables ("Feminismo para principiantes" de Nuria Varela, es un buen libro para empezar). Escucha a las mujeres, que tenemos mucho que decir.


*Lenore Lenoir*


miércoles, 26 de octubre de 2016

Opresiones oprimidas

A colación del Día del Orgullo LGTB+, surgió una buena ocasión para la gente cisgénero* hetero para reclamar un día en el que poder manifestar su orgullo de no pertenecer al colectivo LGTB+. Lo mismo ocurre cuando los hombres reclaman su día y el orgullo de ser hombres, o personas blancas que reivindican su "white power" (poder blanco) frente al "black power". 

En un principio puede parecer algo igualitario (si estos colectivos muestran su orgullo en público, ¿por qué no hacerlo también nosotras y nosotros?), pero debemos tener en cuenta que darle el mismo peso a situaciones desequilibradas no siempre implica igualdad. Algo que tienen en común el Día de la Mujer, el Día del Orgullo LGTB+, el movimiento "Black Power", etc, es la historia que hay detrás. Detrás de estas celebraciones hubo y sigue habiendo un recorrido de lucha de grupos sociales históricamente oprimidos, son un recordatorio de que seguimos en pie y pese a todas las adversidades resistimos y sentimos orgullo por ello, porque somos fuertes

En cambio, los movimientos "White Power", "Orgullo hetero" y similares, parten desde la dominación. Son una respuesta hostil a los actos de visibilización de los grupos subordinados, y la única finalidad es silenciarles. No hay una historia detrás, y en ocasiones son promovidos por sectores de ultraderecha que ven peligrar sus privilegios

No se puede comparar el orgullo de un colectivo que ha sido colonizado y esclavizado y sigue luchando contra las formas de discriminación racial que aún persisten, con un orgullo de otro colectivo que ha colonizado y sometido durante siglos.

No se puede comparar el orgullo de gente que se enfrenta a diario con agresiones e insultos (e incluso asesinatos) por tener pareja del mismo sexo o ser trans, con el de personas que no tienen nada que temer por mostrar en público su orientación sexual y ejerce violencia contra las primeras.

En definitiva, no es comparable tener el orgullo de haber sobrevivido un día más en una sociedad que más que un hogar parece un campo de batalla, que tener el orgullo de pertenecer al grupo que tolera, fomenta y ejerce privilegios que dificulta la vida a otras personas.

(*cisgénero: persona cuyo género coincide con el asignado al nacer en base a los genitales)

*Lenore Lenoir*

domingo, 3 de julio de 2016

Sí, todas las mujeres

Está comprobado: en cuanto una mujer se queja por algo que le ocurre por el hecho de ser mujer, poco tardan en acudir los y las paladines de los hombres, en defensa del orgullo herido tras una afrenta tan grave como es una "generalización". Esta gente, hombres y mujeres, acuden al rescate de hombres que se han sentido generalizados cuando se habla de violaciones, acoso callejero, maltrato y otras agresiones que sufrimos las mujeres por algún ente incorpóreo o por gracia divina, porque al parecer nadie ha sido. Nadie agrede, nadie pone la mano encima, las mujeres nos maltratamos solitas.

Se ha extendido mucho una frase que hizo famoso a Bart Simpson y que la repetía sin cesar: "Yo no he sido"; y nunca falla. Una mujer (o dos, o tres) comparte una experiencia desagradable que ha vivido y poco tarda en aparecer alguien que se encargue de hacerle saber que "Yo no he sido", aunque la víctima en cuestión viva en la otra punta del país y su declaración no evite el daño ya hecho. Pero aquí no voy a entrar en las supuestas generalizaciones que destruyen más hombres que Hiroshima, me voy a centrar en otra generalización, en la nuestra. Voy a dejar de lado el "Not all men" (no todos los hombres) y me voy a dedicar al "Sí, todas las mujeres", porque siempre se recurre a lo primero para desviar la atención del problema que supone lo segundo.

Sí, todas las mujeres del mundo sufrimos violencia. Desde los cuadernos de quejas en Francia a finales del siglo XVIII hasta los grupos no mixtos en la actualidad, las mujeres hemos manifestado por activa y por pasiva nuestros problemas, los cuales creíamos que eran casos aislados y que sólo nos ocurrían a nosotras de manera individual. El feminismo nació precisamente de esta forma, al estrechar lazos y hablar con otras mujeres te das cuenta de que no eres la única que ha sufrido algún acto violento: resulta que a tu vecina le han gritado cosas por la calle, a tu mejor amiga le han tocado el culo, a tu cuñada le han llamado "puta", a esa mujer que acabas de conocer la rodearon entre varios hombres, una compañera de clase con la no sueles tener mucho contacto es víctima de maltrato por parte de su pareja...

Mientras seguimos aguantando y confiando en que el día siguiente transcurra con normalidad, la poca opción que tenemos es desahogarnos, contar lo ocurrido y cagarnos en los muertos de esta gentuza. Encima de que pasamos por semejante mierda constantemente, estemos donde estemos, y que no encontremos escapatoria en la vida real, tratan de coartar nuestra única vía de escape: desahogarnos y ofrecer apoyo a otras que también lo han vivido. Os escudáis en el "Yo no he sido" para que nos quedemos calladas y lo enterremos en nuestra memoria, para no asumir vuestra responsabilidad como parte de la sociedad que sois (aunque "no hayas sido", tampoco haces nada por condenar estas conductas, y también te hace responsable). A fin de cuentas, de lo que no se habla no existe, y si no hablamos ni publicamos nuestras vivencias es como si no hubieran ocurrido; nosotras seguimos creyendo que no le pasa a ninguna otra y la sociedad piensa que son situaciones aisladas y no un patrón sistemático que se repite con mayor o menor intensidad en todos los rincones del mundo.


*Lenore Lenoir*

lunes, 11 de abril de 2016

Tender puentes con el colectivo trans

El cuatrimestre pasado tuve que hacer un trabajo sobre transexualidad para una asignatura de la carrera, y aunque el resultado no fue el esperado, no fue un esfuerzo en vano. Yo partí de la base de una completa ignorancia sobre el tema, pues lo único que sabía era que existían personas trans porque tuve el placer de escuchar una charla de Mar Cambrollé y porque interactúo con ellas en Twitter; a partir ahí, no conocía mucho más.

Como persona cis, me resultaba difícil (y aún he de trabajar en ello) ponerme en el lugar de las personas trans y no podía hacerme ni una idea remota de cómo se sentían, especialmente las no binarias. No hablo ya de opresiones, pues en algunos aspectos me lo puedo figurar, hablo de su fuero interno, de cómo vive el cambio de género alguien de género fluido, por ejemplo, o cómo se siente una persona agénero.

Hacer este ensayo ha supuesto investigar en profundidad sobre el tema desde varias vertientes: jurídica, histórica, emocional, discriminatoria, reivindicatoria... (Para quien le interese, la obra de Norma Mejía habla de todo ello y os la recomiendo). También he contado con las declaraciones de algunas personas que se prestaron a hablarme de sus experiencias y a resolverme dudas, y gracias a ellas he aprendido mucho a entenderlas. Precisamente para comprender un colectivo hay que hablar con él y conocer sus posturas, pues resulta muy enriquecedor dialogar con quienes lo viven a diario en primera persona y saben mejor que nadie qué les pasa y sin duda tu percepción de las cosas no vuelve a ser la misma.

Este trabajo ha supuesto una luz en mi camino, y al mismo tiempo una deconstrucción de mis prejuicios (deconstrucción que trato de trabajar día a día). A su vez, me ha abierto los ojos en la complejidad que hay detrás del colectivo transexual y transgénero, promovida en parte por el propio desconocimiento ocasionado por la invisibilización de dicho colectivo; por eso es importante saber cuándo callar, escuchar, investigar y aprender, que no pasa nada por no ser siempre el centro de atención y darle el megáfono a otras personas (de verdad, os lo juro, no pasa nada).

Como mujer cis a la que nunca han cuestionado su género soy una privilegiada, y nunca me he planteado lo duro que es que te den el trato de un género que no eres, pero muchas veces se puede aportar un granito de arena sólo con respetar y escuchar aunque no entiendas mucho del tema. Aunque no comprendas que puedan existir mujeres con pene, hombres con vagina y personas que no son mujeres ni hombres, haces más de lo que crees sólo con referirte a ellas con el pronombre que te han dicho, pues el hecho de que respetes su identidad ya es algo que muchas desearían y a ti no te cuesta nada decir "ella" en vez de "él".

Una frase muy recurrente entre las feministas es: "Los hombres deben hacer feministas los espacios que ya tienen". En mi caso, me comprometo a seguir formándome, a escuchar lo que las personas trans tienen que decir, para así convertir el espacio que tengo en un entorno libre de transfobia.


*Lenore Lenoir*

lunes, 4 de abril de 2016

No somos complementos #2

Estoy harta de que se nos compare con cosas o instrumentos, a veces de gran complejidad, y otras, con un mecanismo sencillo de apertura. 

Me tocan el coño los "chistecitos" sobre manuales de instrucciones larguísimos que los pobres hombres deben estudiarse para "entendernos", como el que se lee una guía paso a paso en ruso para construir una nave espacial.







También me enerva que seamos clasificadas como "fáciles" o "difíciles". Mientras las primeras son defectos de fábrica, un producto BIC de usar y tirar de bajo coste o cosas de segunda mano; las segundas son las joyas de la corona, las iPhone en version mujer y ese objeto preciado que todos los hombres tratan desesperadamente de adquirir en cuanto sale a la venta listo para ser estrenado.











Lo triste es que ni siendo complicadas, que es lo que supuestamente se considera válido, dejamos de ser vistas como cosas. Por muy la repera que seamos, no olvidemos que seguimos siendo un bien factible de transacción, y que podemos ser sustituidas por otro objeto en cuanto dejamos de interesar a los adquirentes. Tratan de comprarnos con cenas, regalos, paseos nocturnos (lo que jurídicamente se conoce como pago en especie) y a mayor desembolso, mayor será la calidad de la mujer adquirida, porque se ha precisado más esfuerzo (más cenas, más regalos, etc) para conseguir el premio.

Y ya para rematar, una frasecita bastante viral, que dice lo siguiente: "No hay que entender a las mujeres, con amarlas es suficiente." Total, si somos meros objetos, para qué porras necesitamos ser entendidas o escuchadas, si al fin y al cabo fuimos adquiridas por el puro deseo y capricho y poco más.



Aprovecho, y ya con esto me despido, para plasmar como recordatorio que el primer paso para oprimir a una parte concreta de la sociedad consiste en la DESHUMANIZACIÓN de estas personas, ya que de este modo es más difícil empatizar con ellas y con su miseria. En este caso, y como ya he dicho, por muy bonito que traten de sonar al decir que las mujeres difíciles son las mejores, no deja de ser una simplificación de la mitad de la población a dos tipos: "más accesibles" y "menos accesibles" para la mayoría de los clientes; obviando que somos millones en el mundo, con nuestros problemas personales, nuestros sueños, nuestro ajetreo cotidiano, nuestros sentimientos.


*Lenore Lenoir*


miércoles, 30 de marzo de 2016

Un mundo sin mujeres



Hay que tener cuidado con lo que se desea, porque se puede cumplir con todas sus consecuencias. 
En este mundo se odia a las mujeres, a la mitad de la población, y nosotras lo notamos. Nos damos cuenta cada vez que en varios países se echan las manos a la cabeza cada vez que nace una niña porque la consideran una desgracia y una ruina para la familia. Se ve en la mirada de quienes nos asesinan o nos violan porque se creen con derecho a poseer nuestras vidas y arrebatárnoslas cuando les plazca. Lo notamos cada vez que nos ridiculizan o nos dicen que somos incapaces de hacer diversas cosas porque somos mujeres y claro, somos torpes, débiles, tontas, y tenemos “hormonas y esas cosas”. Lo dejan bastante claro cuando nos apartan de la vida pública y nos esconden en el hogar, invisibilizando nuestros logros y nuestras creaciones, como si no existiéramos; como si quisieran que desapareciéramos del mapa y dejáramos de estorbarles.

Imaginemos que eso ocurriera, que todas las mujeres del mundo nos esfumáramos de la noche a la mañana y no hubiera ni una sola habitando el planeta. Los padres “deshonrados” por la furcia de sus hijas que fueron violadas que cometieron adulterio habrán visto restablecido su honor; más posibilidades de encontrar trabajo porque no habría mujeres irrumpiendo en su espacio “de toda la vida”; no habría malas pécoras manipuladoras que hacen que sus pobres maridos se vean obligados a matarlas; no más nacimientos de niñas… aunque tampoco habría nadie para gestarlas.

Tras este día, Pepe llega a casa después de un largo día de trabajo. Está agotado y lo único que desea es sentarse en el sofá y esperar a la hora de cenar… una cena que no llega nunca. A esta realidad se enfrentarían los Pepes de todo el mundo, que en todos los años de matrimonio no han hecho ni una tortilla francesa ni han aprendido a gestionar el sueldo que ganan, porque nunca se han planteado cuánto dinero se necesita gastar para cubrir las necesidades básicas de la familia. Mientras nosotras hemos sido el pilar en el ámbito doméstico, hemos aprendido a sostener sobre nuestras espaldas el peso de otras responsabilidades: aparte de las tareas domésticas y los cuidados, también trabajamos fuera del hogar, estudiamos, emprendemos, y al mismo tiempo pensamos en sacar tiempo para hacer las compras necesarias y la contabilidad de la casa para llegar a fin de mes. A los Pepes, en cambio, no les han incrustado la idea de conciliar trabajo remunerado con labores domésticas. ¿Os habéis planteado a cuántos les costaría sobrevivir solos porque nunca han aprendido a cocinar? Se menosprecia la labor doméstica, pero como leí por ahí, “para limpiar también hay que saber”. Y para muestra, probad a meter en la lavadora una prenda roja y otra blanca, o algo de lana en agua caliente, a ver qué pasa. O intentad fregar ciertos tipos de suelos con lejía, que os vais a reír. 

Aunque hayamos sido ignoradas, menospreciadas, invisibilizadas, la Historia tal y como la conocemos no sería ni remotamente la que es sin nosotras. Imaginad la Historia sin mujeres. No es muy difícil, ¿verdad? No se conocen a muchas que hayan logrado un hueco relevante. Ahora imaginad la Historia sin mujeres, literalmente. Se esfuma el 50% de la población de la faz de la Tierra. ¿Qué habría sido de todos esos genios, escritores, pintores, músicos y hombres notables que cambiaron la Historia sin mujeres que les hubiera hecho el trabajo sucio para que ellos pudieran dedicarse el 100% a sus cosas? 

Con esto no estoy diciendo que se nos tenga que respetar porque necesitan criadas que les mantengan, les deje la casa ordenada y la prole criada; lo que pretendo es visibilizar el sacrificio que supone mantener en pie un hogar y una familia para que te lo agradezcan así, diciendo que eres una simple mujer que no vales para nada, no como ellos que todo lo que hacen parece ser tocado por la providencia divina. De la misma forma que se menosprecia la labor agrícola y ganadera, se infravalora la doméstica: interminables jornadas, pésimas condiciones, escasa retribución (tan escasa, que la labor doméstica en el ámbito familiar ni siquiera existe), y ambas suponen un pilar básico para el funcionamiento de la economía y de la sociedad. Si no se cosechan las frutas y hortalizas, tú no comes; si no preparas la comida, no comes.

Es cierto que actualmente han ido cambiando cosas y cada vez más hombres realizan tareas domésticas, pero en la mayoría de los casos seguimos siendo las mujeres las que nos encargamos exclusivamente de ellas y si desapareciéramos de buenas a primeras, muchos hombres de todo el mundo quedarían al borde de la inanición y rodeados de desorden.


*Lenore Lenoir*

miércoles, 9 de marzo de 2016

No somos complementos (especial 8 de Marzo)

Todavía me dura la resaca después de los incontables chupitos que me hubiera tenido que beber por cada "¿y el Día del Hombre qué?" que se pudo leer el pasado 8 de Marzo. Pero aparte de esto, el resumen del Día de la Mujer Trabajadora consiste en: múltiples carteles conmemorativos (a cada cual más hortera y estereotipado), derroche de originalidad de los genios del humor con chistes mandando a las mujeres a prepararles un sándwich, comentarios coherentes y numerosos "halagos" sobre lo buenos complementos que somos las mujeres.

En teoría la intencionalidad de estos comentarios es buena, pero realmente apestan a machismo desde lejos (en serio, explicadme dónde está lo bonito en decir que las mujeres somos COSAS bellas), porque nos otorgan cualquier trato excepto el de ser humano pleno y autónomo (ángeles, diosas, cosas, regalos de Dios para los hombres...). Lo que ocurre es que le añaden tanta purpurina que se te mete en los ojos y te dificulta ver el truño que son en realidad.

La idea era añadir algunos ejemplos gráficos que he encontrado, pero son tantos que haré una lista más o menos extensa de estas joyas de la corona.

     "Felicidades a todas aquellas a quienes Dios creó para ser lo mejor en la vida del hombre." Por supuesto, partiendo de una costilla de él, no vayamos a creernos que somos mínimamente autónomas y plenas.

     "Si tienes una mujer maravillosa a tu lado que te ayuda a balancear tu mundo, celébrala siempre." "Tu mundo". Las mujeres sólo estamos aquí para sacaros las castañas del fuego. No tenemos vida, ni mundo propio, ni sueños, ni aspiraciones en la vida más allá de solucionaros la vida.

     "Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre." Cariño, me voy a poner unos pantalones rojos, píntate los labios del mismo color para que tu sonrisa combine con ellos.

     "La mujer es ese ser especial que nos trajo al mundo y nos llena de amor a lo largo de nuestras vidas." No olvidemos que para merecer un poco de admiración debemos poner a trabajar nuestros úteros y dedicarnos a ser sonrientes y amorosas.

     "Gracias por darle belleza a este mundo." Somos tan cuquis y esplendorosamente bellas que hasta nuestros microorganismos llevan lacitos y purpurina (Pista: NO).

     "Mujer es: color, mañana, aroma, belleza, juventud, pasión, dulzura y fortaleza." Todo con tal de no ser consideradas personas, entes vivientes de carne y hueso con vida autónoma.

     "Porque las mujeres son lo mejor que ha hecho el hombre." Más bien sois vosotros los que habéis sido gestados por una mujer.

     "Gracias a todas las mujeres por hacernos ver lo hermosa y maravillosa que es la vida." La vida sólo es cosa de hombres. Nosotras estamos para darles un toque de belleza a un mundo que huele a sudor de oso y sangre de orco de Mordor. Pero tampoco demasiado, a ver si se van a volver unas "nenazas".

     "Son lo más hermoso que Dios nos ha dado." Es lo que tiene vivir con una visión androcentrista del mundo, que crees que eres el rey de la fiesta y que todo lo demás está hecho para ti, porque tú y tu polla lo valéis.

     "A ti mujer, madre, esposa, hermana y amiga. A ustedes que son fuente de amor, vida y esperanza." Todas las que queden fuera de mi círculo, putas.

     "Porque una cosa con otra yo se que ustedes comprenden que no hay cosa mas sabrosa que las que nos dan las MUJERES." ¿Qué cosa es esa? ¿Un bocata de jamón?

     "Son todas una bendición, son creadoras, son la sensibilidad, la constancia y el motor del mundo." El motor de SU mundo, no lo olvidemos. Nosotras sólo somos seres abstractos y luminosos que estamos para servirles y hacerles la vida más placentera.

     "La mujer no es cuerpo, es corazón." Han descubierto nuestro secreto: en verdad somos hologramas, somos seres incorpóreos,

     "Fuente insustituible de la vida, apoyo, esperanza y calidez para los hombres y las civilizaciones." No esperaréis que, con todo el trabajo que conlleva ser el centro del universo, encima se hagan de comer y se laven la ropa, ¿verdad? Y necesitan a alguien a quien contar todas sus esplendorosas aventuras como dueños y señores del mundo y de todo lo que en él habita.

     "Aquellas hermosas personitas que nos alegran la vida." Personitas pequeñitas, tan bonitas y cuquititas. Demos gracias que nos haya personalizado, pedirle que no nos infantilice ya sería demasiado pedir.

     "Gracias Dios, por darnos la mejor respuesta de tu amor... Mujeres." Otro más que se cree el ombligo del universo y que las mujeres somos regalos para él, porque L'Oreal.

     "Dios las creó para que los hombres viéramos que lo único que tenemos es fuerza." ¿Cómo decir que las mujeres son débiles sin que suene muy machista? ¡Voilà!

     "Mujeres; ¿qué hubiera escrito Neruda? ¿qué habría pintado Picasso, si no existieran musas como ustedes?" Habrían escrito sobre cualquier otra cosa y habrían seguido teniendo acceso a la fama. La mayoría de mujeres a lo más que podían aspirar en el mundo del arte era a darles de comer a señores como Neruda o Picasso en calidad de "musas". Muy pocas lograban hacerse hueco como artistas y en muchas ocasiones tenían que tirar de pseudónimo (masculino, por supuesto) para que les hicieran algo de caso.

     "Gracias por serlo todo: amiga, hermana, novia, esposa, madre, hija, tía..." Nuestro "todo" se reduce al parentesco con los hombres. Que seamos estudiantes, trabajadoras, artistas, deportistas, PERSONAS, ya tal.
     "La creación más hermosa del Planeta." Pero depílate, maquíllate, tiñe tus canas, no engordes, no tengas estrías... Nadie dijo que la "creación hermosa" no necesite algunos ajustes.

     "Las mujeres son lo mejor que puede pasar." Por eso las asesinamos, acosamos, asustamos, golpeamos, humillamos, menospreciamos...

Por supuesto los 364 días restantes también nos recuerdan cuál es nuestro lugar y nuestro papel en este mundo, que es el de servir, complacer y hacerle la vida más agradable a los hombres. Nos recuerdan que somos seres incompletos, sin vida propia, sin preocupaciones, sin aspiraciones personales, sin aficiones (más allá de las de tu macho). Nos recuerdan que las necesidades de los hombres son más importantes y debemos anteponerlas a las nuestras. Nos recuerdan que sólo merecemos respeto por nuestra capacidad procreadora y por la cercanía de parentesco que tengamos con los hombres.

En el 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora (o, mejor dicho, Día de las Mujeres, en plural) sólo descargan la artillería pesada y las muestras de su visión como complementos se multiplican. Lo peor es que creen que eso es halagador y bonito, pero al final lo que consiguen es, una vez más, situarse en el centro y relegarnos a nosotras a meros satélites suyos.




*Lenore Lenoir*

lunes, 7 de marzo de 2016

Recordatorio para el 8 de Marzo

No somos diosas, ni un "regalo de Dios" para los hombres. No somos ángeles. No somos "la cosa" más hermosa que podría existir en este planeta. No somos princesas ni reinas. No somos "criaturas" bellas. No somos musas. No somos obras de arte. No somos "el descanso del guerrero". No somos la felicidad del hombre. No somos la corona de nuestros maridos. No somos las guardianas del hogar. No somos la gloria del hombre. No somos rosas ni ninguna otra flor. No somos divinas. No somos complementos de nadie. No somos seres virtuosos ni criaturas de luz. No sólo somos madres, hijas, esposas. 



No hay nada que celebrar. No quiero flores, ni sartenes, ni electrodomésticos. No quiero homenajes de color rosa, ni un "felicidades". ¿Felicidades por qué? ¿La muerte de mujeres trabajadoras que reivindicaban sus derechos es motivo para felicitar? No quiero que se desvirtúe este día, no quiero que me "honren" diciéndome que soy la cosa más bella que existe. No quiero que me describan con cualquier adjetivo bonito.




Por el contrario, quiero que a las mujeres nos recuerden como lo que somos: personas independientes, seres humanos. Quiero que entre tantas "diosas, musas, ángeles y cosas bellas", recuerden que somos trabajadoras, estudiantes, jóvenes, viejas. Que recuerden que tenemos necesidades vitales como comer o dormir; que reímos, lloramos, nos enfadamos, nos sentimos enérgicas a veces, y cansadas otras; que también enfermamos. No nos despertamos peinadas y radiantes. Tenemos vello, estrías, granos, canas, y la grasa no se acumula sólo en el culo y en las tetas. También tenemos habilidades: cantamos, bailamos, escribimos, estudiamos, cocinamos, pintamos, hacemos malabares, tocamos algún instrumento musical... Somos ingenieras, albañiles, militares, juezas, médicas, limpiadoras, artistas, inventoras, investigadoras, diseñadoras, periodistas... Somos seres humanos.




Quiero, además, que no se olvide la verdadera razón del 8 de Marzo detrás de tanta parafernalia plagada de estereotipos recalentados por enésima vez y servidos en una bandeja rosa.





*Lenore Lenoir*

BDSM: ni maltrato ni machismo

Tras el éxito de libros como la saga "50 sombras de Grey" parece que, de pronto, proliferan los eruditos del BDSM y que todo el mundo lo practica. Pero, ¿qué significa "BDSM"? ¿Es BDSM lo que se relata en "50 sombras de Grey"? ¿No es una forma de maltrato?

El término "BDSM" abarca diversas disciplinas:
- Bondage, que consiste en el arte del amarre, especialmente con cuerdas.
- D/s (Dominación/sumisión): es un juego de roles en el que uno asume el control y el otro es sometido a la voluntad del primero.
- Sadismo/Masoquismo: el primero consiste en sentir excitación por el dolor ajeno, mientras que el segundo es el placer a través del dolor propio.

Dicho esto, ¿acaso este tipo de prácticas no suponen una conducta machista o una forma de violencia de género? La respuesta es un rotundo NO.

En el mundo del BDSM hay una norma no escrita pero que todo el mundo comparte por unanimidad: su práctica ha de ser sana, segura y consensuada. Estos tres requisitos, evidentemente, no los cumple alguien que maltrata a su pareja (sobre todo el del consenso). Cada pareja que realiza alguna disciplina de BDSM establece sus propias normas y sus límites previamente pactados, de tal manera que nadie hará nada que la otra persona no quiera hacer. Al fin y al cabo la finalidad básica es conseguir placer.

Si hablamos estrictamente de las relaciones D/s, el sometimiento de una persona a otra no es más que parte de un juego de roles entre Amo/a y sumiso/a, pero fuera de este juego ambos son tratados entre sí en régimen de igualdad y respeto, con lo cual debe excluirse una conducta machista o hembrista (es posible que existan Amos y sumisos en ambos sexos).

Debido a la fama de sagas literarias como "50 sombras de Grey" parece que ha aumentado el interés por el BDSM y la proliferación de "Amos" que van de expertos en la materia pero, ¿es la famosa trilogía un buen ejemplo ilustrativo de lo que representa el auténtico BDSM? Adelanto ya que un par de azotes NO es BDSM. Y no sólo eso. Aunque aparentemente la persona que adopta el rol de sumiso no tiene voz ni voto, en realidad es quien marca los límites que el Amo no debe sobrepasar, además de que tiene una palabra de seguridad que usará cuando quiera que su Amo/a detenga lo que esté haciendo. De este modo, jamás se hará nada que el sumiso no desee o soporte, tomando por tanto el control del juego.

En "50 sombras de Grey", por el contrario, la chica carece de toda voluntad más allá de los deseos del Sr. Grey, el cual decide hasta la ropa que debe vestir ella. Los personajes firmaron un "contrato" concretando las normas que ella debe cumplir, pero no impone límite ninguno ni acuerdan ninguna palabra de seguridad. Además, en una auténtica relación D/s el Amo se compromete a cuidar y proteger a su sumisa, velar por su seguridad, y eso supone una plena confianza mutua entre Am@/sumis@, algo que no parece suceder en la famosa trilogía. Por eso mismo, ya no se puede considerar BDSM.

No hace mucho leí en una web (y razón no le falta): "Un verdadero Amo es capaz de imponer allá donde esté con su sola presencia, sin necesidad de hacer alarde de su condición de dominante." Con estas modas han comenzado a proliferar supuestos Amos que creen que tienen carta blanca para hacer lo que quieran con los sumisos, sin preocuparse de las necesidades de éstos, y adoptan una actitud egoísta que encuentra una justificación de sus actos en el BDSM.

Está bien que poco a poco se vayan rompiendo tabúes en el sexo y que cada cual haga aquello que le guste y le siente bien, siempre y cuando sea algo sano, seguro y consensuado.

*Lenore Lenoir*


jueves, 3 de marzo de 2016

Machismo y homofobia en el acoso callejero

Machismo y homofobia suelen ir de la mano, especialmente cuando el machista es heterosexual. Y es que el acoso sólo es un inocente piropo "para alegrarle el día a las féminas y que alguien les recuerde que la calle no es su sitio lo guapas que son" (porque ni siquiera conciben que nosotras podemos recordarnos solitas lo mucho que nos gustamos, o que tenemos seres queridos)... hasta que son ellos los receptores de piropos... por parte de otros hombres. Entonces puede ocurrir dos cosas: 1) que sientan el mismo asco e igual de violentados que nos sentimos nosotras; o 2) que reaccionen con agresividad.

El machista homófobo estándar necesita reafirmar constantemente su hombría, lo macho-men que es; por ello cuantas más mujeres acosa, más varonil y macho alfa se siente. Pero claro, la idea de que otro hombre haga lo mismo con él ya no agrada, porque su posición de "macho de la manada" se ve en peligro al aparecer otro que se atreve a ridiculizarlo y a retarlo en público.

Generalmente, un hombre piropeado no reacciona igual cuando recibe el piropo de una mujer y cuando lo recibe un hombre. Si es una mujer la que piropea, la hombría la puede ver reforzada si le resulta atractiva; si le parece fea la insultará, pero no la considerará una amenaza (más bien pensará que él es "demasiado hombre" para ella). Si es un hombre, independientemente del aspecto físico, la reacción será hostil y tratará de demostrar por activa y por pasiva que no le gustan los hombres, llegando a recurrir incluso a la violencia. Podría decirse, por tanto, que la sensación que se le queda en el cuerpo es prácticamente la misma que a la mayoría de las mujeres cuando recibimos los mismos comentarios por parte de él, pero existen algunas diferencias:

1- A las mujeres nos educan para aprender la indefensión y el miedo. Nos enseñan (no las "feminazis") que los hombres son peligrosos, que no saben controlar sus impulsos y que no sabemos cuáles son sus intenciones. Así que cuando sufrimos acoso callejero, en la mayoría de los casos nos bloqueamos, sentimos miedo o pasamos de largo fingiendo que no hemos oído nada. Generalmente no nos atrevemos a responder por si reaccionan de forma agresiva y pueda ocurrirle algo a nuestra integridad física.
A los hombres se les inculca que han de ser fuertes y valientes, que si les pegan ellos devuelvan el golpe con más fuerza. Por tanto, ante una situación de acoso, están más preparados para una respuesta defensiva. Instintivamente no sufrirán bloqueo, sino ganas de partirle la boca al que sea por confundirle con un "maricón" (¿cómo será eso posible si usa un desodorante con aroma a "sudor de oso en celo"?)

2- Si, por un casual, una mujer se sale del molde que se espera de ella y se caga en los muertos de quien le ha dicho que se la follaría de arriba a abajo, o se defiende de quien la manosea por la calle, se convierte en una exagerada que roza el hembrismo con su actitud. Si no quiere que la traten como un objeto que no salga a la calle, porque el objetivo de una mujer cuando sale a la calle no es otro que el de querer ser un bonito adorno.
Es lógico, por el contrario, que un hombre le reviente la cabeza a otro que le haya piropeado, a ver qué se habrá creído el muy maricón. Aquí o te haces respetar y te impones como macho alfa, o te acabarán tomando por una nenaza que no ha sabido echarle cojones a un gay.

A veces puede ocurrir una situación similar a la de este vídeo, que un hombre piropee a otro creyendo que se trataba de una mujer. El protagonista del vídeo en cuestión mostró que aparte de la reacción violenta de las "víctimas" de su trampa, más de uno se excusaba porque creía que se trataba de una mujer. Y aquí quería yo llegar: decirle obscenidades o mirar como un cacho de carne a una mujer está bien (para eso estamos las mujeres en este mundo, ¿no?), pero tener esa conducta con otro hombre es una aberración (porque ellos son los más heteromachos del mundo mundial, que no quepa ninguna duda).


*Lenore Lenoir*

lunes, 29 de febrero de 2016

Porque quiero

Me siento afortunada de nacer donde he nacido y en la época en la que me ha tocado vivir, porque ser mujer no supone jugarme la vida ni sufrir para alcanzar el estereotipo de belleza o que me identifiquen como fémina. No me van a practicar la ablación de mis genitales, no me van a romper ni vendar los pies para que éstos se vean diminutos de por vida, no me van a planchar los senos con piedras ardiendo en cuanto me llega la edad de que me crezcan, y no me van a poner incontables anillas alrededor del cuello para parecer una jirafa.

Yo soy totalmente libre y mis decisiones no están condicionadas por nada, yo hago lo que quiero y porque me gusta. Bueno... yo no tuve ni voz ni voto cuando me atravesaron una aguja en los lóbulos de las orejas para ponerme pendientes; dicen que lloré mucho en su momento, pero ya no me acuerdo, así que no sería para tanto.

También adoro los tacones. Pueden ser un poco incómodos al principio, pero te acostumbras y casi ni notas la diferencia con los zapatos planos. ¿Estas manoletinas? Bueno, ¿a quién no le duelen los pies con 10 cm de tacón? Y en cuanto a las deformaciones de los pies... chica, para presumir hay que sufrir.

Sinceramente, algo que no entiendo es tanto revuelo con la depilación y la no depilación. Que conste que quemar mi cuerpo con láser o cera cada X tiempo durante la mayor parte de mi vida o arrancarme los pelos de raíz con una maquinilla es una elección que he tomado de buenas a primeras, sin que nadie me presione o se burle de mí en cuanto se me escapa un pelo. De hecho, en invierno paso más tiempo sin depilarme, para que veas que yo puedo dejar de depilarme si quiero. ¿Que por qué no lo hago en verano? Hombre, es que ir con toda la pelambrera al aire... me mirarían raro. Pero eh, que a los hombres también, que esto no tiene nada que ver con el género.

Vaya, he engordado unos kilos, me limitaré a comer una ensalada al día y en poco tiempo estaré ideal. Tal vez me compre un laxante que me han recomendado o vomite si como demasiado para adelgazar más rápido y sé que pasaré hambre al principio, pero estar gorda no es sano.

Me preocupan un poco mis tetas, son muy pequeñas... Y mi nariz, horrorosa. Estas estrías...He decidido que voy a ahorrar para operarme y estar más mona.

Ya se van notando las arruguitas y debería ir concertando cita con el médico para que me dé unos retoques con veneno bótox. Unos pocos pinchacitos en el rostro, nada más, para alisar un poco la piel. Es que ya estoy llegando a una edad en la que debo cuidarme algo más, que los años no pasan en balde.

¿Que sufrimos? Tal vez un poco, pero lo hacemos porque nos gusta y para cuidarnos o vernos más guapas. No tiene nada que ver con lo que les hacen a las niñas y mujeres en otros países. Los cuellos de jirafa, los senos planchados... Todo eso es por el machismo en el que viven; en cambio yo me siento afortunada porque aquí no pasan esas cosas y yo lo que hago es porque quiero.



*Lenore Lenoir*


lunes, 22 de febrero de 2016

Guía para ser una buena feminista

Cuando entras en el mundillo del feminismo y estás empezando, es normal que te alberguen ciertas dudas, especialmente respecto a lo que consiste ser una buena feminista (de las de verdad, de las que no manchan la imagen del feminismo con sus tonterías de querer ser tratadas como personas devorar el alma de los hombres en su akelarre de terror y destrucción). Es por eso que he decidido ayudarte, querida lectora (y lector, no olvidemos a los hombres), a distinguir entre "feminista respetable" y "zorra-feminazi-concubina-de-Satán-devora-fetos" en esta práctica guía.

SITUACIÓN Nº1: Un amable caballero hace alarde de una exquisita prosa publicando en redes sociales "Todas putas. A fregar. Jajajaja".

Una buena feminista entiende que sólo es humor inocente y que la libertad de expresión está por encima de su dignidad como persona. Si bien se molesta un poco al principio, le ríe el fino humor (que ya que se ha esmerado tanto en elaborar el chiste estaría feo ponerle cara de seta), porque eso no tiene nada que ver con el machismo y también hay chistes en sentido contrario. Pero cuidado, limítate a reírte, nada de mostrar cualquier atisbo de disgusto.
Por el contrario, una falsa feminista incomodará al Cervantes del humor con una ausencia de sonrisa, ¡incluso le dirá que no le ha hecho gracia! Y ya el remate es cuando explica por qué esos chistes denigran a las mujeres. Vamos, el acabose.

SITUACIÓN Nº2: Un simpático señor te exige solicita una explicación sobre los orígenes del patriarcado, por orden cronológico, con notas a pie de página y bibliografía, mientras te manda un meme sobre el 120% de denuncias falsas.

Una feminista coherente cumple las exigencias la solicitud a rajatabla y le presenta un trabajo de Doctorado de 200 páginas, remarcando con subrayador lo más importante para que él no tenga que perder demasiado tiempo y pueda ir al grano. Luego no lo leerá, pero tú habrás cumplido tu misión (hasta que te vuelva a pedir más).

Una mala zorra hembrista se negará sin contemplaciones y seguirá con su vida. Será una borde y una egoísta. Después pide igualdad, pero no le dedica el mismo tiempo a los trolls amables señores que a ella misma.

SITUACIÓN Nº3: Un desconocido se ha puesto palote enamorado viéndote pasar por la calle, ha considerado que es cuestión de vida o muerte y debe hacértelo saber con un "te follaría de arriba a abajo".

Una feminista de pro se lo tomaría como un halago y por educación le sonríe y le da las gracias por esa información tan relevante, aunque el príncipe encantador tenía que ir a rescatar a una princesa y se ha ido antes de que siquiera pudiera escuchar sus palabras de agradecimiento.

Una femizorra no entiende de galanterías y se giraría para que le repitiera lo que le ha dicho.

SITUACIÓN Nº4: Te ves espléndida con un vestido nuevo y decides hacerte una foto para publicarla en tus redes sociales, pero cuatro pelos en las piernas te arruinan esa foto perfecta, y una horda un grupo de muchachos preocupados por tu imagen te lo hacen saber. 

Una feminista guay se da cuenta del terrible error que ha cometido y es imperdonable que otras personas tengan que ver esa escena tan desagradable, así que decide borrar la foto e ir corriendo a depilarse (obviamente porque ella quiere, los insultos y burlas recibidas son secundarias).


Una indeseable, por el contrario, no sólo no borraría la foto sino que subiría 100 más, a cada cual más velluda. ¡Incluso algunas hasta se tiñen el vello con colores fantasía para que se vea más!

SITUACIÓN Nº5: Sale una noticia de un nuevo caso de violencia de género.

Una auténtica feminista aboga por no reconocer que es un problema social no generalizar. Que sí, que es una mierda que maten a otra mujer y tal, pero no es plan de señalar al agresor; a fin de cuentas, no conocemos su versión y ya se sabe que hay mucha arpía que se pasa todo el día poniendo denuncias falsas para recibir una paguita y vivir de papá Estado.

Una mala feminista, en cambio, manifestará su rabia por los asesinatos y condenará a los asesinos.



Estos son sólo unos pocos ejemplos prácticos, pero si quieres aplicar tu feminismo buenrollero y auténtico de una forma más generalizada, debes seguir estos sencillos pasos:

1) Nunca discutas ni hagas reproches. Entiende que los chistes sobre violaciones son sólo chistes, no son cosas que ocurran en la vida real como para preocuparte por el humor.

2) Pase lo que pase, recuerda que siempre habrá cosas más importantes por las que luchar. Aquí ya hay igualdad y toda reivindicación es una chorrada en comparación con lo que les pasa a las mujeres del lugar más alejado y recóndito de donde tú te encuentres, porque recuerda que no puedes quejarte por ambas cosas al mismo tiempo.

3) Está muy bien eso de la igualdad, pero las malas feministas están enfocando mal el feminismo y deberás trabajar muy duro para que te tomen en serio. Toma nota de los consejos de los hombres (si son forococheros, mejor) y síguelos a rajatabla para no desviar la atención en cosas insustanciales.

4) Bajo ningún concepto te definas como feminista, de lo contrario te pueden confundir con una femizorra y tú no quieres eso. Es aconsejable que te identifiques como "igualitarista", "humanista" o "equitativista".

5) NUNCA, JAMÁS, dejes de priorizar en tus luchas los derechos de los hombres-cisgénero-blancos-heterosexuales-de clase media. Eso es fundamental para conseguir la igualdad que tanto ansias. Si en algún momento miras por tus derechos, ten cuidado porque te puedes feminazidar en cualquier instante.

6) POR FAVOR, nada de decidir cortarte el pelo, dejar de depilarte o dejar de estar deseable a los ojos de los caballeros. Eso ya supondría caer en el agujero negro del feminazismo porque ¿sabes quién llevaba también el pelo corto y no se depilaba? ¡Exacto, Hitler!

7) No molestes. No es bueno que te pongas siempre pesada con la igualdad, tus derechos y tal. Dedícate a otras cosas y deja que las cosas sigan su curso, que la igualdad irá llegando sola.


*Lenore Lenoir*



jueves, 11 de febrero de 2016

Reseña sobre "La chica danesa"

Hace unos días fui finalmente a ver "La chica danesa", película que tenía pendiente desde que me hablaron de ella, y más tras leer buenas críticas por parte de amistades que ya la habían visto. Y he aquí mi pequeña opinión.

Reconozco que si no fuera porque la película trataba sobre la vida de una mujer transexual probablemente mi interés por verla no habría sido el mismo, ya que el género no es de mis favoritos, pero al final salí bastante satisfecha y con bastante buen sabor de boca. 

Lo que más me gustó fue la interacción y desarrollo de los personajes a lo largo de la película, especialmente el de Gerda. Gerda es una mujer con iniciativa, una pintora con ambición que finalmente consigue su sueño de ser reconocida como artista y se interesen por sus obras. Su relación con Einar me pareció bastante igualitaria (que algo así me sorprenda de una película me parece bastante preocupante), y más teniendo en cuenta la época en la que se ambienta la película (en los años 20): basada en el respeto mutuo, ella no necesita ningún "permiso" para ir sola a una fiesta, él la apoya con su trabajo y no se aprecian tantos roles de género (a ella no se le ve ejerciendo de ama de casa mientras él pinta); en definitiva, como debería ser una pareja.

También me gustó cómo se va realizando la transición de Einar a Lily, y creo que la forma de plasmar las dificultades que se encuentra por el camino permite a los espectadores y a las espectadoras empatizar (al menos un poco) con lo que tienen que pasar las personas transexuales no sólo a nivel social sino también a nivel personal: no se trata exclusivamente del rechazo social, también supone intentar entender qué les pasa y por qué.

Ahora bien, otras cosas no me terminaron de convencer. Una de ellas es que eligiesen para interpretar a Lily a un actor cis (para que nos entendamos, a un hombre que no es transexual), pues para hacer un personaje transexual lo suyo sería que la actriz también lo fuera (al igual que no tiene sentido que un hombre blanco haga de rey Baltasar, por poner un ejemplo).

Otra cosa que tampoco me agradó mucho fue que la película trata la transexualidad como si fuese un trastorno de la personalidad: Lily aparece como una persona totalmente distinta a Einar. Desaparecen los sentimientos de amor hacia Gerda, deja la pintura para dedicarse a "cosas de mujeres" y reniega de todo lo que tenga que ver con la época anterior a su cambio.

Por último, tuve la impresión de que asocian transexualidad con orientación sexual. Cuando pasa a ser Lily no sólo olvida el amor hacia Gerda, sino que se siente atraída hacia los hombres, y menciona un beso que se dio con un amigo cuando eran niños. Es como decir "me considero mujer porque me gustan los hombres", y ni siquiera han planteado la posibilidad de que se puede ser mujer y seguir queriendo a tu pareja femenina.

Después de esta pequeña reseña, que no deja de ser una visión subjetiva, que cada una o cada uno sopese si los pros pesan más que los contras para tomar la decisión de verla, o viceversa.

*Lenore Lenoir*

lunes, 1 de febrero de 2016

Reseña sobre "Sufragistas"

Esta reseña la escribo con un poco de retraso, porque vi la película el mismo día que la estrenaron (18 de diciembre), pero tenía que comentarla sí o sí.

Ciertamente, iba con expectativas bastante altas, probablemente por la falta de costumbre a encontrar películas así en la gran pantalla, así como el elenco de actrices que aparecen. Por otra parte, este mismo año he estudiado la Historia del feminismo y tenía la duda de si respetarían el rigor histórico o no.

Finalmente salí más que satisfecha de la sala, aunque al haber coincidido la fecha de estreno con Star Wars creo que su paso por los cines se ha visto bastante eclipsado, y a eso añadirle a que no se le ha dado tanto bombo como se le da a otras películas (no sé cómo el lobby feminazi ha podido permitir esto en un hembrismo tan brutal como el que vivimos).

La historia está ambientada en Inglaterra, en la primera década del siglo XX, y gira en torno a la vida de Maud Watts (Carey Mulligan), una joven que ha dedicado la mayor parte de su vida trabajando en una fábrica y a su familia fuera del horario laboral. Durante el transcurso de la película, Maud ve cómo su vida da un giro de 180º y que se va truncando cada vez más a medida que se involucra más en la causa sufragista: su marido la echa de casa, le prohíbe ver a su hijo, la despiden del trabajo... 

Paradójicamente, cuando tratan de convencerla de que la lucha sufragista no tiene razón de ser, que es una causa perdida y que es una locura, más consciente es de las desigualdades que vive como mujer y más necesaria considera su implicación en el sufragismo. Descubre que la potestad de hijas e hijos la tiene por derecho el padre (aunque después se los encasquete a cualquier vecina para que les dé de comer y se ocupe de ellas y ellos buena parte del día); el acoso sexual a las trabajadoras más jóvenes de la fábrica por parte del jefe; que ellas ganan menos que ellos; que exigir algo tan básico como el derecho al voto la condena al rechazo social y a ser detenida por la policía. A pesar de todo, encuentra un gran apoyo en otras mujeres que la acogen y la cuidan.

La película muestra también que el feminismo, incluso en su vertiente más violenta, nunca ha pretendido cobrarse vidas humanas. En el caso de las "suffragette" (rama de las sufragistas que, cansadas de no obtener resultados, optaron por ejercer la violencia) sus objetivos eran los espacios predominantemente masculinos; es decir, los campos de golf o las carreras de caballos. Sus actos eran más bien simbólicos, una llamada de atención a sus pretensiones, ya que la vía pacífica y cortés no había dado resultado.

Históricamente me ha parecido bastante fiel a la realidad: ha mostrado la situación de las mujeres de aquella época, las detenciones de las sufragistas, las huelgas de hambre en prisión y la promulgación de la "Ley del gato y el ratón"; aunque un pequeño detalle no me pareció demasiado realista, consistente en la suavización de los improperios hacia ellas ("malditas sufragistas" fue lo que se dijo en una escena). Por otra parte, el sufragismo estaba formado predominantemente por mujeres blancas burguesas, no por las de clase obrera.

Sólo le pongo una pequeña pega a la película, aunque no le resta calidad a la misma, pues se trata de una percepción personal y no tiene demasiada importancia. Al haber un número concreto de personajes que tenían más protagonismo (como Maud Watts o Edith Ellyn, interpretada por Helena Bonham Carter) puede parecer que en el movimiento sufragista había unas pocas que manejaban todo el movimiento y organizaban los planes a ejecutar, cuando realmente consiste en una lucha por los derechos de la mitad de la población.


*Lenore Lenoir*

domingo, 24 de enero de 2016

Mi 2015 feminista

Ya terminó otro año y es común leer las publicaciones de las personas que sigues en las redes sociales haciendo un balance de cómo les ha ido en el 2015. No será mi caso, ya que dudo que mi vida personal pueda interesar a quienes no me conocéis (que sois la mayoría de quienes me leéis), pero sí me gustaría hacer un repaso de mi evolución en mi formación sobre feminismo. A grandes rasgos, ha sido un año en el que he aprendido mucho en materia de género y he descubierto nuevo material que leer para seguir profundizando más en la materia.

Mientras aún disfrutaba de mi año sabático, me dediqué un tiempo a investigar personajes femeninos relevantes para la historia, la mayoría de los cuales no había oído mencionar ni de pasada durante mi vida estudiantil (como, por ejemplo, Boadicea, que reunió un ejército junto a sus hijas y se enfrentó a las tropas romanas).

También me propuse hacer una recopilación de definiciones sexistas de la RAE, muchas de las cuales pude encontrar gracias a la labor de @generoenaccion y su campaña #GolondrinasalaRAE, que visibiliza el machismo y aporta alternativas para un lenguaje más inclusivo.

Me apunté a varios cursos online sobre género: uno sobre lenguaje inclusivo, otro sobre estereotipos sexistas, y un tercero sobre la imagen de la mujer en la publicidad. Todos son gratuitos y los dos primeros se pueden encontrar de forma permanente aquí.

Obviamente, continuó mi aprendizaje a través de las redes, conociendo a otras feministas que planteaban su visión de las cosas y enriquecía la mía; pero el retorno a la universidad ha supuesto un hito relevante para mi formación. Para empezar, contaba con la posibilidad de cursar una asignatura con perspectiva de género (¡y vaya si la ha tenido!), y además, tuve la libertad de elegir un tema para realizar un trabajo de investigación para la asignatura de Criminología (lo cual aproveché para añadirle más tinte de género a mi cuatrimestre plagado de códigos y leyes). Dicho trabajo fue sobre la violencia de género en la adolescencia y aplicado en las nuevas tecnologías (redes sociales y móviles especialmente), para lo cual decidí crear una biblioteca virtual sobre materiales que empleé para documentarme y que pueda descargar quien quiera.

También he puesto a libre disposición una biblioteca feminista (que iré ampliando poco a poco) con algunas obras que he ido recopilando para mi lectura personal y que decidí compartir para quien le interese formarse más en feminismo.

De momento esto es todo, confío que 2016 será otro año de provecho, ya que una feminista nunca deja de aprender y desaprender por el camino, y a mí aún me queda un largo camino por recorrer.

*Lenore Lenoir*