jueves, 3 de marzo de 2016

Machismo y homofobia en el acoso callejero

Machismo y homofobia suelen ir de la mano, especialmente cuando el machista es heterosexual. Y es que el acoso sólo es un inocente piropo "para alegrarle el día a las féminas y que alguien les recuerde que la calle no es su sitio lo guapas que son" (porque ni siquiera conciben que nosotras podemos recordarnos solitas lo mucho que nos gustamos, o que tenemos seres queridos)... hasta que son ellos los receptores de piropos... por parte de otros hombres. Entonces puede ocurrir dos cosas: 1) que sientan el mismo asco e igual de violentados que nos sentimos nosotras; o 2) que reaccionen con agresividad.

El machista homófobo estándar necesita reafirmar constantemente su hombría, lo macho-men que es; por ello cuantas más mujeres acosa, más varonil y macho alfa se siente. Pero claro, la idea de que otro hombre haga lo mismo con él ya no agrada, porque su posición de "macho de la manada" se ve en peligro al aparecer otro que se atreve a ridiculizarlo y a retarlo en público.

Generalmente, un hombre piropeado no reacciona igual cuando recibe el piropo de una mujer y cuando lo recibe un hombre. Si es una mujer la que piropea, la hombría la puede ver reforzada si le resulta atractiva; si le parece fea la insultará, pero no la considerará una amenaza (más bien pensará que él es "demasiado hombre" para ella). Si es un hombre, independientemente del aspecto físico, la reacción será hostil y tratará de demostrar por activa y por pasiva que no le gustan los hombres, llegando a recurrir incluso a la violencia. Podría decirse, por tanto, que la sensación que se le queda en el cuerpo es prácticamente la misma que a la mayoría de las mujeres cuando recibimos los mismos comentarios por parte de él, pero existen algunas diferencias:

1- A las mujeres nos educan para aprender la indefensión y el miedo. Nos enseñan (no las "feminazis") que los hombres son peligrosos, que no saben controlar sus impulsos y que no sabemos cuáles son sus intenciones. Así que cuando sufrimos acoso callejero, en la mayoría de los casos nos bloqueamos, sentimos miedo o pasamos de largo fingiendo que no hemos oído nada. Generalmente no nos atrevemos a responder por si reaccionan de forma agresiva y pueda ocurrirle algo a nuestra integridad física.
A los hombres se les inculca que han de ser fuertes y valientes, que si les pegan ellos devuelvan el golpe con más fuerza. Por tanto, ante una situación de acoso, están más preparados para una respuesta defensiva. Instintivamente no sufrirán bloqueo, sino ganas de partirle la boca al que sea por confundirle con un "maricón" (¿cómo será eso posible si usa un desodorante con aroma a "sudor de oso en celo"?)

2- Si, por un casual, una mujer se sale del molde que se espera de ella y se caga en los muertos de quien le ha dicho que se la follaría de arriba a abajo, o se defiende de quien la manosea por la calle, se convierte en una exagerada que roza el hembrismo con su actitud. Si no quiere que la traten como un objeto que no salga a la calle, porque el objetivo de una mujer cuando sale a la calle no es otro que el de querer ser un bonito adorno.
Es lógico, por el contrario, que un hombre le reviente la cabeza a otro que le haya piropeado, a ver qué se habrá creído el muy maricón. Aquí o te haces respetar y te impones como macho alfa, o te acabarán tomando por una nenaza que no ha sabido echarle cojones a un gay.

A veces puede ocurrir una situación similar a la de este vídeo, que un hombre piropee a otro creyendo que se trataba de una mujer. El protagonista del vídeo en cuestión mostró que aparte de la reacción violenta de las "víctimas" de su trampa, más de uno se excusaba porque creía que se trataba de una mujer. Y aquí quería yo llegar: decirle obscenidades o mirar como un cacho de carne a una mujer está bien (para eso estamos las mujeres en este mundo, ¿no?), pero tener esa conducta con otro hombre es una aberración (porque ellos son los más heteromachos del mundo mundial, que no quepa ninguna duda).


*Lenore Lenoir*

5 comentarios:

  1. Tuve un novio hace unos años que me contó que le había entrado un tío en un garito y que él reaccionó "como debía", se puso a la defensiva y le dijo que a la próxima le daría una hostia, que a ver qué se había creído el maricón este. Yo le pregunté, bastante mosqueada, que si estaba en contra de la homosexualidad y el me dijo que no, que la homosexualidad no le parecía nada horrible. Y yo a cuadros que me quedé. También cuestionaba mi "supuesta" bisexualidad... Y bueno, la práctica totalidad de lo que yo hacía, para qué engañarnos. En aquel momento no supe ver lo herido que tenía el orgullo masculino por ser un hombre mucho más "amable y dulce" que el resto y eso le tenía averngonzadísimo.

    Es increíble cómo a alguien que en el fondo es una buena persona, de buen corazón, el propio machismo le convierta en un gilipollas machista y homófobo (al cual acabé dejando precisamente por pasarse tres mil pueblos ya). Aunque no sé de qué me sorprendo, es el pan nuestro de cada día.

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    1. Porque está muy normalizado. Si le entra una tía, "ha ligado" y mola si está buena. Pero si se acerca otro tío es como "¿por quién me has tomado?", porque la homofobia sigue estando muy presente.

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  2. Me has recordado con esta entrada a un amigo al que, por pura diversión y por qué no decirlo, para testarle, estuve un tiempo soltándole cosas parecidas a las que él le decía a la chicas con las que se cruzaba. Al principio le hizo una gracia mal disimulada del tipo: "qué gracioso", pero a más lo hacía, más iba aflorando esa venita homófoba y terminó diciéndome: "que a mí no me gustan los hombres. Para ya tío, yo no soy maricón" y entonces le solté algo que le contestó él a una de las pocas chicas que le respondieron: "pues con ese culito ya podrías". Ya no nos hablamos, pero fue muy gráfico.

    En fin, estoy bastante enganchado a tu blog desde que lo descubrí y ojalá abra los ojos a aquellos que se comienzan a oler la tostada.

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    1. Lo peor es que ni con esas se habrá dado cuenta tu amigo de que las mujeres a las que le dice las mismas cosas que tú le decías se sentirían igual de incómodas o más, porque él ni siquiera era un conocido para ellas.

      Me alegro que te guste el blog y espero que lo sigas disfrutando. :)

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