No somos diosas, ni un "regalo de Dios" para los hombres. No somos ángeles. No somos "la cosa" más hermosa que podría existir en este planeta. No somos princesas ni reinas. No somos "criaturas" bellas. No somos musas. No somos obras de arte. No somos "el descanso del guerrero". No somos la felicidad del hombre. No somos la corona de nuestros maridos. No somos las guardianas del hogar. No somos la gloria del hombre. No somos rosas ni ninguna otra flor. No somos divinas. No somos complementos de nadie. No somos seres virtuosos ni criaturas de luz. No sólo somos madres, hijas, esposas.
Por el contrario, quiero que a las mujeres nos recuerden como lo que somos: personas independientes, seres humanos. Quiero que entre tantas "diosas, musas, ángeles y cosas bellas", recuerden que somos trabajadoras, estudiantes, jóvenes, viejas. Que recuerden que tenemos necesidades vitales como comer o dormir; que reímos, lloramos, nos enfadamos, nos sentimos enérgicas a veces, y cansadas otras; que también enfermamos. No nos despertamos peinadas y radiantes. Tenemos vello, estrías, granos, canas, y la grasa no se acumula sólo en el culo y en las tetas. También tenemos habilidades: cantamos, bailamos, escribimos, estudiamos, cocinamos, pintamos, hacemos malabares, tocamos algún instrumento musical... Somos ingenieras, albañiles, militares, juezas, médicas, limpiadoras, artistas, inventoras, investigadoras, diseñadoras, periodistas... Somos seres humanos.
Quiero, además, que no se olvide la verdadera razón del 8 de Marzo detrás de tanta parafernalia plagada de estereotipos recalentados por enésima vez y servidos en una bandeja rosa.
*Lenore Lenoir*
Un saludo por adelantado a mis hermanas de clase en la esclavitud que vivimos.
ResponderEliminarY nunca olvidar que este día se debe a ellas.
Eliminar