domingo, 15 de febrero de 2015

Ella, él, elle

Hace relativamente poco tiempo empecé a ver una forma de escribir que poco a poco se va extendiendo. Algunas personas empleaban una "x", otras una "e", pero en esencia el mensaje era el mismo: el uso del lenguaje inclusivo.

En algunos países existe un género neutro aparte del femenino y del masculino, pero ése no es el caso de España. Aquí está establecido que lo general es lo masculino y lo particular es lo femenino, de tal forma que al hablar de una pluralidad de personas (mixtas, se entiende) se usa automáticamente el masculino. Sin embargo, se está acuñando últimamente una diversidad de géneros, más allá del de mujer y hombre cisgénero (transgénero, agénero, queer...) y el masculino genérico de toda la vida se empieza a cuestionar como realmente inclusivo para toda la población. Hay quien dice que sustituirlo por una "x" es una tontería y hay cosas más importantes que lograr en pro de la igualdad; otras personas, en cambio, afirman sentirse excluídas con el lenguaje tradicional. Ahí que cada cual opine lo que quiera.

Sí es cierto que no se tiene por qué estar de acuerdo con el uso de un lenguaje no considerado correcto en nuestro idioma, pero afortunadamente el español es muy rico, y existen palabras y expresiones que engloban a todo el colectivo social sin hacer hincapié en un único género. Por ejemplo, "el Día del Niño" es perfectamente sustituible por "el Día de la Infancia". Aunque tengamos la costumbre de escuchar el masculino, cuando hablamos de "niño" hay que intuir que engloba también a las niñas; mientras que en el segundo caso no hay que presuponer nada, ya que la palabra "infancia" hace referencia a todo un colectivo independientemente de su género (en este caso, a las personas que están dentro del rango de edad en el que se considera la niñez).

Algo que me resulta curioso de todo esto es que el masculino genérico no lo es siempre, pues al parecer en según qué casos prevalece el femenino. Esto lo he visto sobre todo en determinados empleos, donde al parecer es impensable que haya un solo hombre ejerciéndolos: amAs de casa, limpiadorAs, enfermerAs, cuidadorAs de personas dependientes, prostutitAs, profesorAs de Educación Infantil. Muy rara vez (por no decir nunca) he oído la versión masculina de los trabajos que acabo de citar y esto me lleva a la siguiente reflexión: si lo masculino es lo general, lo que engloba a todo el mundo, y lo femenino es lo particular, lo que abarca sólo a las personas de dicho género; ¿hemos de entender entonces que estas labores sólo corresponden a las mujeres o considerar de forma excepcional el femenino genérico? Si es lo primero, ¿habría que concluir entonces que hay "cosas de mujeres y cosas de hombres" y el mismo lenguaje que utilizamos es sexista (de esto me ocuparé en otra entrada)? Si es lo segundo, ¿qué problema hay en hacer ajustes en las reglas si éstas son más favorables que las que ya tenemos? 

Un dato que no podemos pasar por alto es que la lengua no es algo estanco, está en continuo cambio y se adapta a los tiempos que vivimos. Si se ha admitido "jonrón" o "tuit" como términos válidos ante el incremento de su uso en la vida cotidiana, ¿por qué no somos capaces de imaginar que la "x" o la "e" que conforman el lenguaje inclusivo con el tiempo se vayan normalizando, extendiendo y adoptando como parte oficial de nuestro idioma? Si no, siempre podéis releer esta publicación y descubrir que he usado un lenguaje neutro en todo momento sin incurrir en un modo incorrecto de la escritura ni en la utilización de palabras extrañas.

*Lenore Lenoir*

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