martes, 18 de marzo de 2014

Las mujeres no somos importantes

Triste, pero cierto. En el orden de prioridades, la mujer se encuentra en el último lugar, y porque ya no queda nada más por lo que luchar.

Desde que existe la humanidad y empezaron a surgir las desigualdades, también se han hecho uso de las luchas y revueltas para combatir la discriminación... excepto la de la mujer. Se ha luchado contra el desproporcional reparto de la riqueza, contra la distinción de clases, contra la esclavitud, contra la opresión (del hombre), contra la homofobia, etc.

Pero, ¿qué pasa con la mujer? Sí, existe el movimiento feminista, que reivindica la igualdad de derechos y oportunidades.

Por lo general, en cualquier otra manifestacion suelen participar tanto hombres como mujeres (no sé exactamente en qué proporción, pero no hay más que acudir a una manifestación y observar), sin embargo la presencia masculina es muy escasa (si la hay) en las manifestaciones feministas o reivindicativas de una igualdad real (no la que diga en un papel mojado y obsoleto).

¿Por qué sucede esto? ¿Acaso no es igual de importante la eliminación de los roles sexistas (que también les afecta a ellos dictaminando cómo deben comportarse para ser "hombres de verdad") que cualquier otro asunto?

Hablando con varios hombres no era infrecuente escuchar comentarios del tipo: "¿Para qué luchar por los derechos de las mujeres si nos están quitando los de los hombres?" (que también son de las mujeres, aunque no parecen tenerlo en cuenta, pues no son capaces de ver más allá de su ombligo); "Déjate de tonterías, que ya existe igualdad, y preocúpate por asuntos más importantes. No sé, colabora con UNICEF, por ejemplo." (claro, es que luchar por tener las mismas oportunidades que los hombres son nimiedades y aspiraciones de mujeres histéricas); "¿Que te está hablando de feminismo? No veas qué paranoia, esa tía debe estar mal de la cabeza." Y así, con este tipo de comentarios, tratan de subestimar a quienes optan por ser algo más que amas de casa e incubadoras de bebés, a quienes han aprendido a ser mujeres independientes y apuntan alto en la vida.

Por otra parte, el hecho de considerar el feminismo como un movimiento exclusivo para mujeres y que se incurra muchas veces en el error de que es el otro extremo del machismo (que eso es el hembrismo), provoca que muy pocos hombres se atrevan a autodenominarse feministas. Aquellos que sí lo hacen, sin embargo, tienden a ser tachados de afeminados o simplemente les explota la cabeza al resto, incapaces de comprender esa situación.

Pero estamos en las mismas: al haber muy pocos hombres feministas y al existir demasiados prejuicios y concepciones erróneas en torno al feminismo, se reduce el interés por el mismo, aparte del convencimiento de muchas personas de que vivimos en una sociedad igualitaria y que los casos de violencia de género son hechos aislados.

Da igual quien haya sido el gobernante de turno o la corriente ideológica y política, que en muy escasas ocasiones ha podido ver la mujer una mejora en su calidad de vida. Cuando se ha tratado de hacer algo, más que una solución al problema se han dedicado a decretar leyes-parche que, pese a las buenas intenciones que pudieran haber tenido los legisladores, la experiencia ha demostrado su falta de efectividad. Y es que el único remedio auténtico se basa en la educación, inculcando a las generaciones futuras el respeto y enseñando a detectar y prevenir conductas sexistas. No dudo que es un proceso lento, pero siglos de machismo sólo se combate con un proceso que implante la igualdad en el tiempo venidero.

Nota aclaratoria: en el texto no estoy diciendo que todos los hombres desprestigien la causa feminista o se tomen a chiste la lucha por la igualdad. Las conversaciones que mantuve fue con algunos que, desgraciadamente, pensaban así, pero ni mucho menos representan a la generalidad de la población masculina.

*Lenore Lenoir*

1 comentario:

  1. Debo discrepar, mismamente l@s autistas nos encontramos, no sé si en prioridad, pero en camino recorrido definitivamente sí. En una posición muy inferior a la de la mujer. De hecho normalmente ni se plantea y solo se plantean objetivos más a corto plazo (ya que hay un montón de obstáculos por el camino, no son ni uno ni dos).

    En general el modelo social es bastante pésimo para cualquier colectivo que no sea de los dominantes. Ah, y también discrepo con que se luche contra las diferencias de clase, de hecho las clases sociales y la desigualdad están completamente aceptadas por la inmensa mayoría de la población. Lo que se suele rechazar es el extremo de las mismas, pero no la desigualdad de clases en sí. Vamos, yo no conozco a casi nadie que lo rechace.

    Saludos.

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